Boehmwald: “Para innovar con tecnología hay que tener súper latente el ciclo biológico de la agricultura”
Diez pymes agrícolas de la región de La Araucanía optimizaron su gestión hídrica a través del proyecto “Desafío de Innovación: Huella Hídrica y Optimización de Recursos en Agricultura Sostenible”, experiencia que les permitió incorporar herramientas y tecnología en sus operaciones. Luis Boehmwald, coordinador de la iniciativa, comentó el trabajo y las mejoras aplicadas.
Financiado por InnovaChile de Corfo y liderado por la Sociedad de Fomento Agrícola (SOFO), el proyecto buscó dotar a los pequeños y medianos empresarios agrícolas de herramientas tecnológicas avanzadas, conocimientos técnicos y estrategias innovadoras para optimizar su gestión hídrica y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Por ejemplo, las pymes que participaron pudieron acceder a instalación de infraestructura tecnológica clave, como sondas de humedad, estaciones meteorológicas avanzadas y caudalímetros; implementados tanto por proveedores como por el kit tecnológico hídrico diseñado específicamente para este proyecto. “El desafío principal que se puede mencionar es la adopción de nuevas tecnologías”, comentó Luis Boehmwald a Tech and the City.
El coordinador del proyecto indicó que, si bien existe una base para adoptar nuevas tecnologías, no es llegar e implementarlas en la agricultura, ya que existen otros procesos con los cuales trabajar paralelamente. “Empezar a innovar o adaptar tecnologías en las empresas agrícolas no puede ser cuando nosotros queramos, sino que hay que estar atentos a los procesos de cosecha. El ciclo biológico de la agricultura hay que tenerlo súper latente al momento de innovar”, afirmó.
Escenario favorable
Luis Boehmwald comentó que, para su ejecución, el proyecto consideró una fase de diagnóstico donde las principales conclusiones observadas fueron: ineficiencias en los sistemas de riego, los cuales generaban pérdidas de agua y ausencia de tecnologías avanzadas para monitoreo y gestión hídrica. Además, se constató una brecha en las capacidades operativas y técnicas de los trabajadores de campo.
El coordinador mencionó que, en algunos campos, aún se usa la famosa calicata, que es una excavación que se realiza en un terreno para obtener muestras de tierra y estudiar sus. “El punto importante es que la agricultura de nuestro país ha visto un cambio generacional, donde los hijos de los agricultores están administrando los campos. Por lo tanto, han podido estudiar y han tenido la oportunidad de tener más conceptos de tecnología e innovación”, señaló.
La gestión de la innovación en el sector agrícola presenta retos únicos debido a los ciclos biológicos inherentes a la producción, donde los tiempos de siembra, crecimiento y cosecha están determinados por factores naturales y no siempre controlables. En este contexto, fortalecer las capacidades de innovación implica incorporar tecnologías y estrategias que se adapten a estas dinámicas naturales, optimizando los procesos productivos sin alterar el equilibrio ecológico.
Finalmente, Luis Boehmwald indicó que, con este tipo de programas, se comienzan a implementar mejoras que los agricultores, en el futuro, van implementando, ya que las van conociendo por boca de otros empresarios agrícolas. “Existen distintos grupos de agricultores que hacen la transferencia tecnológica, ya que comentan, por ejemplo, que estuvieron trabajando en un programa de la SOFO y que gracias a ello mejoraron su producción. El agricultor trabaja así: si el vecino lo hizo, lo probó y le quedó bien; también me sirve”, sentenció.