Sara Larraín: “Los fósiles, en su conjunto, son un obstáculo para la transición energética de Chile”

En octubre pasado, se presentó el estudio “Evaluación de la Capacidad de Generación Térmica de Respaldo Diésel Conectada a Nivel de Transmisión: Desafíos para la Eficiencia y la Descarbonización”, elaborado por el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) para la fundación Chile Sustentable. Sara Larraín, directora ejecutiva de la ONG, entregó detalles del informe.

El documento evalúa el rol actual de las centrales diésel conectadas al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), en el contexto de los compromisos de carbono-neutralidad al año 2050, establecidos en la Ley de Cambio Climático. Entre los principales hallazgos, el estudio evidencia que la utilización del parque diésel ha sido muy bajo, los mecanismos de pagos no incorporan criterios de eficiencia ni de emisiones, y la capacidad logística diaria de transporte es muy inferior a lo requerido.

La ONG lleva cerca de 25 años trabajando para tener una transición energética limpia, con una matriz mucho más autónoma. Chile, como se sabe, no es productor de combustibles fósiles, pero sí de energía verde como la solar o eólica. “Finalmente, en 2008 logramos una ley en para obligar al mercado a hacerles un espacio y, posteriormente, la meta se duplicó a un 20% para el año 2025”, contextualizó la directora ejecutiva a Girl Power.

Cabe mencionar que nuestro país debe presentar, cada cierto tiempo, sus “contribuciones nacionalmente determinadas”, es decir, indicar cómo Chile está contribuyendo a disminuir sus emisiones y lograr las metas de carbono-neutralidad de la economía chilena al año 2050. “Lo importante es ponerle una cierta velocidad a esa ruta. De hecho, hoy hemos superado la meta obligatoria, con una capacidad instalada del 50,3% de nuestra matriz con renovables”, añadió.

¿Necesidad del diésel?

Sara Larraín indicó que, si bien hoy la matriz energética de Chile cuenta con un porcentaje alto de energías renovables, los combustibles fósiles siguen generando una espacie de sombra a esta notable irrupción. “Los (combustibles) fósiles, en su conjunto, empezaron a ser un obstáculo para la transición energética de Chile. Y lo vemos, claramente, con el proceso de descarbonización del país”, comentó.

Sobre el informe, la experta medioambiental sostuvo que Chile, históricamente, ha estado utilizando solamente un 10% de la capacidad de diésel instalada. Es decir, se ha pagado -de más- un 90% que no ha sido usado. “Además, cuando se estresó el sistema, el pasado 25 de febrero, solo se necesitó de un 24% de toda la capacidad de diésel. O sea, en la peor crisis que ha sufrido el país, hemos necesitado menos de un cuarto de lo que tenemos (y pagamos)”, afirmó.

“Es una distorsión lo que los chilenos estamos pagando en energía, pero también es una distorsión con la ruta de la descarbonización, donde los combustibles que emiten están recibiendo una remuneración excesiva. Entonces, es disfuncional en términos de tarifas justas, adecuadas y bajas. Se está obstaculizando (el sistema), el cual puede ser suplido, en forma más barata y limpia, por ejemplo, con el almacenamiento”. Sara Larraín, directora ejecutiva de Chile Sustentable.

Finalmente, la experta indicó que las propuestas deben tener restricciones logísticas, ajustar los pagos, migrar a esquemas de subastas competitivas e integrar recursos de demanda flexible y almacenamiento energético (baterías). “En 2026, la capacidad de almacenamiento va a estar en prácticamente 2.000 gigas, por lo tanto, tendremos cómo desplazar rápidamente al diésel. Hay que hacer este cambio regulatorio, este ajuste, para sincerar el tema en el corto plazo”, sentenció.