Bootcamps gastronómicos: inserción laboral para jóvenes
La experiencia adquirida ha sembrado en los estudiantes la semilla del emprendimiento. Te presentamos a Diego y Connie, dos alumnos de los Bootcamps gastronómicos que impulsan Fundación Coca-Cola y Comida para Todos.
Soñar con emprender. Esa es una de las riquezas que cosechan los jóvenes que participan de los Bootcamps gastronómicos impulsados por Comida para Todos, Coca-Cola Chile y Achiga, tanto en la Región Metropolitana como en Valparaíso e Iquique. Y es que los estudiantes han ido aprendiendo técnicas de cocina, pero también han aprendido a amar lo que hacen y a imaginar sus propios emprendimientos.
Muchos de ellos llegaron con la ilusión de aprender algo nuevo, pero a medida que avanzan también han adquirido confianza en sí mismos y han visto que esta oportunidad puede ser el inicio de un nuevo camino.
Es el caso de Diego Soto, de 20 años y oriundo de la comuna de La Cisterna, quien supo de este Bootcamp gracias a su padre y no dudó en inscribirse. Y fue un poco también para seguir los pasos de su madre, quien siempre le inculcó el oficio de la cocina.
“A mí me gustaría más adelante hacer un pequeño emprendimiento, un foodtruck. Siempre ha sido mi sueño. Y poder ejercer lo que me enseñaron los profesores y que la gente se sienta grata de comer ahí”, dice Diego, que asiste al Bootcamp que se realiza en La Cava del Sommelier en Santiago.
Ese sueño se suma a un recuerdo muy especial. “Mi abuelo falleció el año 2020 y él siempre me dijo: ‘Yo quiero verte crecer, Diego, quiero que estudies y salgas adelante’. Y yo ahora estoy viendo la gastronomía como una opción. Antes era nulo y ahora puedo hacer un arroz fácilmente, una carne al jugo, y encuentro que eso es maravilloso. Mi abuelo es una cábala”, cuenta.
Emprender con amor
Con 29 años, Connie Díaz llegó a este Bootcamp de la mano de la Fundación Yunnus de Peñalolén. Ella ya cuenta con un pequeño emprendimiento de banquetería, coctelería y tortas, pero quiso seguir aprendiendo para adquirir más técnicas.
“Me gusta mucho la gastronomía. Cuando tuve la posibilidad de estudiar, estudié otra carrera. He trabajado otras veces como garzón y asistente de cocina. Entonces era una oportunidad para poder capacitarse”, dice Connie.
En ese sentido, reconoce que los aprendizajes que está teniendo no solo le servirán para su emprendimiento, sino también para la vida. Y por eso destaca todo lo aprendido en los Bootcamps. “Si uno no quisiera emprender, esto ya es espectacular. Yo tengo claro que en la coctelería y la banquetería importan mucho los detalles, entonces saber de cortes, o cómo hacer para que quede todo parejo, es lo que uno agradece. Nadie te enseña como en estas capacitaciones”, concluye.
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