Comenzaron los Bootcamps: así aprenden en el Munich de Malloco
Ya comenzó el entrenamiento de los 200 jóvenes de los BootCamps de Comida para Todos, que cuentan con el apoyo de Fundación Coca-Cola. En Malloco, un grupo de 12 estudiantes del Colegio Niño Dios están participando en los talleres que se imparten en el tradicional restaurante Munich.
El sol matinal colorea los árboles del jardín del restaurante Munich de Malloco. A las nueve en punto, el instructor de cocina -Marcelo Velásquez- luce su impecable pechera blanca y pide que todos los jóvenes pasantes se dispongan frente a su mesada de trabajo con el delantal puesto. Este día les corresponderá aprender a picar y caramelizar cebolla, además de preparar cortes de filete.
Así comienza una nueva clase de los bootcamps que impulsa la red colaborativa Comida para Todos, en alianza con Fundación Coca-Cola, una iniciativa que propone un programa intensivo de empleabilidad para jóvenes, que se lleva a cabo en diversos restaurantes del país. La idea es que los pasantes, además de ser capacitados en oficios gastronómicos, tengan la oportunidad de hacer su práctica en los negocios que los acogen.
“En la cocina ellos aprenden sobre manejo del cuchillo, cocciones y acompañamientos, además de medidas de higiene y seguridad. El objetivo del bootcamp es que los chicos tengan las habilidades y expertise para desempeñarse como ayudantes de cocina; mientras que en el área de servicio -que lleva otro profesor- aprenden a atender y servir una mesa”, explica Marcelo.
Todos los estudiantes cursan 30 horas de clases en cocina, 30 horas de atención de público en sala y 30 horas de práctica profesional en el mismo restaurante donde reciben su entrenamiento
Jóvenes más preparados
El Colegio Niño Dios de Malloco es un establecimiento que ofrece educación básica, media y técnico-profesional. Isidora Contreras y Ricardo Castillo cursan el cuarto medio en ese colegio y junto a otros 10 compañeros fueron seleccionados para entrenarse en el bootcamp del Munich.
“Desde la enseñanza básica que hemos estado aprendiendo de cocina: aprendí a amasar por ejemplo; pero acá en el bootcamp estoy aprendiendo más teoría, sobre cortes y otras cosas profesionales”, comenta Ricardo, mientras se perfecciona con paciencia en el rebanado de cebolla: “El corte debe ser súper preciso, porque si es muy grueso se demorará más en cocinarse, además hay que ser cuidadoso con el cuchillo”.
Isidora, por su parte, dice que lo que más disfruta de cocinar es mezclar ingredientes para crear nuevos sabores y confía que la capacitación que está recibiendo le dará futuras oportunidades. “He aprendido que en cocina es importante el compañerismo, apoyarse y pedir ayuda, porque es un ambiente estresante. Y ahora me siento más preparada para trabajar en este ambiente laboral, tanto en cocina como en garzoneo”, agrega.
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