Derie Fuentes: “Buscamos solucionar los problemas de la industria ocupando ciencia aplicada”
En enero de 2022 se inauguró el Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello, luego de ser traspasado desde el Fraunhofer Chile Research. Como centro de investigación aplicada, conecta el desarrollo biotecnológico de excelencia con los principales desafíos de la industria, trabajando en soluciones para resolver las necesidades de las industrias de alimentos, nutracéuticos, cosmecéuticos, agricultura, minería y forestal, con énfasis en la sostenibilidad.
Derie Fuentes, bioquímico de la Universidad de Santiago, es el director del CSB y líder de la línea de bioestimulantes del programa Simbiosis Agroindustrial. Por otra parte, indica que en la relación entre la academia y la industria existía cierta desconfianza, pero que ahora se está trabajando en construir puentes de comunicación. “Más que un trabajo técnico, hemos hecho un trabajo de confianza y relacionamiento”, indica a Rockstars.
Sobre la llegada al CSB, Fuentes sostiene: “La UNAB fue uno de los principales interesados en continuar con la labor del Fraunhofer Research y nos entregó la seguridad de mantener nuestra operación. Nuestra misión es conectar con la industria y tratar de solucionar los problemas lo antes posible, ocupando ciencia aplicada pero de excelencia”.
Aña de que la relación entre la academia y la industria sigue mejorando, ya que hay cierta industria ha adoptado mucho mejor la tecnología de inteligencia artificial o de robotización, por ejemplo, como es el caso de la minería, con estudios o trabajos hechos desde la academia. “Por lo mismo, desde a industria saben que si no se mueven o no son sostenibles, van a desaparecer. Además, las legislaciones mueven a los mercados, como pasa con la Ley REP, que tiene que ver con el manejo de residuos”, ejemplifica.
Proyecto de cinco años
En el CSB se adjudicaron un proyecto bastante interesante sobre bioestimulantes, que es parte del programa tecnológico de transformación productiva ante el cambio climático, donde se combina biotecnología con economía circular. “La idea es tratar de juntar distintas líneas de trabajo de las industrias para que algunos residuos o productos que salen sean reutilizados y vayan agregando nuevo valor”, explica Derie Fuentes.
Señala que uno de los problemas que tiene la agroindustria tiene que ver con el uso de fertilizantes químicos, por lo que se está trabajando para una agricultura que sustituya los agroquímicos por bioestimulantes de origen orgánico, que aporten mayor productividad y salud a los cultivos. “Lo que nosotros estamos abordando es el uso de distintos residuos de la agroindustria para ser reutilizados en el agro como bioestimulantes que favorezcan el crecimiento de plantas. Queremos generar un ciclo productivo y virtuoso”, destaca el investigador del CSB.
El programa, indica Fuentes, tiene como duración cinco años, donde los dos primeros se harán todas las pruebas de estandarización. Luego, en el tercer y cuarto año, se hace el escalamiento para dejarlo operativo a nivel de piloto. “Después, hay que hacer un trabajo posterior con más industrias y empresas que estén interesadas, porque dependiendo de la naturaleza de los residuos, vamos a hacer distintos procesos. En el agro vamos a ir probando distintos abonos en distintos cultivos”, explica.
Finalmente, Derie Fuentes sostiene que la industria está preocupada de esto y adelanta que prontamente vendrá un reglamento que regule el tema de los residuos orgánicos, tal como pasa con la Ley REP. “Esto tiene mucha relación con los residuos orgánicos domiciliares, porque el 50% de la materia orgánica que llega a los vertederos viene de nuestras propias casas. Por lo tanto, es interesante enfrentar este desafío, pero nosotros estamos enfocados en lo industrial”, señala.