Gracias a los trazadores de ALMA, astrónomos chilenos detallan distancia de los cuásares
Los cuásares (o casi estrellas) son galaxias jóvenes situadas a grandes distancias de la Tierra, que en su centro albergan un agujero negro supermasivo (de hasta mil millones de masas solares). Esto atrae la materia cercana, la que se puede componer de gas y polvo. Al momento de acercarse estos elementos, el agujero negro provoca grandes explosiones, dando lugar a una gran luminosidad.
Roberto Assef, investigador principal del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) y además académico de la Universidad Diego Portales, estudió a los cuásares y determinó, junto a otros astrónomos, sus características y distancia con la Tierra. El experto se ha especializado en el estudio de agujeros negros superpasivos en crecimiento, en particular, aquellos que pese a contar con una gran luminosidad se encuentran completamente oscurecidos por el polvo.
El experto explicó que las galaxias masivas, como la Vía Láctea, tienen un agujero negro supermasivo en su centro. Y, añadió, que cada cierto tiempo se dan algunas condiciones para que el gas (y polvo) que está entre medio de todas las estrellas, comienza a dirigirse hacia este centro. “Pero una de las características es que este gas no puede caer directamente al agujero negro, sino que genera un remolino alrededor. A eso llamamos un disco de acreción”, indicó a Café Plus.
A continuación, tras empezar a rodar, las partículas empiezan a calentarse y a emitir una luz muy brillante. “Tenemos una dualidad impresionante. Por un lado, está el agujero negro, que es completamente oscuro; y, por otro, algo extremadamente brillante. De hecho, este disco de acreación puede ser más brillante que todas las estrellas de una galaxia. Entonces, cuando lo miramos, lo único que visualizamos es la luz del centro: los cuásares”, indicó Roberto Assef.
Trazadores de ALMA para los cuásares
Assef junto a otros astrónomos, como parte de un trabajo de tesis, reveló nuevas informaciones y mejores maneras de abordar el conocimiento sobre los cuásares. Por ejemplo, señaló que es importante recordar que, como la luz tiene una velocidad finita, cuando se ve algo en la galaxia, efectivamente se está mirando algo que es más temprano en la edad del universo, ya que la luz demora en llegar a la Tierra (menos del 10%).
Durante mucho tiempo, explicó, se han estado haciendo estudios de cuántas galaxias vemos alrededor de estos agujeros negros. Y muchas de esas investigaciones habían sido bastante contradictorias. “Por eso, hace un tiempo tuvimos una idea con Eduardo Bañados, que está en el Instituto Max Planck de Química (Berlín), que es un problema conocer exactamente su distancia, ya que había que saber exactamente dónde esperamos que aparezca esa luz. Y para eso necesitamos saber con exactitud la distancia del cuásar”, indicó el investigador del CATA.
Roberto Assef añadió que medir esta distancia con precisión es sumamente difícil. Y es ahí donde aparece el radiotelescopio ALMA, que tiene sendos trazadores que se pueden usar. “Entonces, encontramos que había un objeto que lo podíamos observar, que existía justo el filtro en una cámara (DEcam), donde aparecía este color que necesitábamos y que cumplía con todos los requerimientos. Y localizamos muchas más galaxias de las que esperábamos encontrar”, destacó.
Finalmente, el investigador del CATA comentó las cosas interesantes que podrían afectar con este descubrimiento. “Por ejemplo, mientras más cubierto esté el agujero negro, con este disco de acreción, tiene polvo en escalas más grandes. Uno podría inmediatamente pensar que dependiendo de cómo esté cubierto, podría tener distintos efectos. Entonces, con eso, también empezamos a pensar en cómo realmente es la vida de las galaxias que se están creando o cómo son afectadas por este objeto completamente extraño”, recalcó.
Además, esperan que la productividad y observación se masifique con el próximo Observatorio Vera Rubin de la NSF y el DOE, una instalación de primera generación que revelará aún más sobre el universo y estos extraordinarios objetos.