Herrera-Camus: “Debo pensar en el gran telescopio para las nuevas generaciones de astrónomos”

El origen del universo, especialmente de las galaxias, es una rama de estudio que Rodrigo Herrera-Camus, doctor en Astronomía de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), ha perseguido desde su niñez, a principios de los años noventa, junto a su abuela, a las orillas del Lago Calafquén. Hoy, el experto busca entender el enriquecimiento químico de estas nebulosas.

Actualmente, el astrónomo es director del Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL) y también académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción. “En Chile, quizás, las ciencias planetarias no están tan desarrolladas; en cambio, en Estados Unidos son súper fuertes. Las galaxias siempre me han llamado la atención, es decir, saber cómo se formó el universo”, contó el científico a Rockstars.

Herrera-Camus comenzó a estudiar en suelo norteamericano antes de la inauguración en Chile del del radio observatorio ALMA. “Allá, el profesor Alberto Bolatto me convenció para convertirme en un experto en ALMA, antes que el observatorio existiera. Esos radiotelescopios observan el universo más frío, por lo tanto, los fotones que recibimos vienen en ondas de radio del rango milimétrico. Esa tecnología no se había desarrollado en Chile”, recordó.

Hoy en día, con la existencia de del telescopio James Webb, el observatorio ALMA y el futuro telescopio Extremely Large Telescope (ELT), que estará disponible el año 2030 en Chile, la revolución espacial ya es un hecho. “Son proyectos con una escala súper grande, con tecnología que se va desarrollando en el camino. Ahora, me toca pensar cuál será el gran telescopio para dejarle a las nuevas generaciones de astrónomos”, añadió.

Polvo en las estrellas

Rodrigo Herrera-Camus comentó que, hoy en día, con las antenas de ALMA, se pueden captar los fotones que vienen desde los comienzos del universo, lo que ha permitido grandes avances. “En Estados Unidos comencé a observar el polvo cósmico en las galaxias. Por ejemplo, el polvo, en términos de masa, es el 1% de ellas. Las galaxias sin polvo serían sistemas completamente distintos”, indicó.

Por lo mismo, en sus tiempos de tesis, el astrónomo comenzó a preguntarse sobre el verdadero rol que tenía ese polvo, por ejemplo, en la formación de estrellas o en su evolución. “Después de esa fase en Maryland, gracias a ALMA, fue posible llevar ese estudio del polvo cósmico en las galaxias a la Vía Láctea. Ahí pasamos a hacernos preguntas como: por qué el polvo está hecho de carbono, de nitrógeno, de oxígeno, los mismos elementos de como está hecha la vida hoy”, recordó.

Hoy en día, la pregunta de estudio para Herrera-Camus sigue siendo la formación de las galaxias, es especial de la Vía Láctea, que tiene un disco de estrellas. “Cuando nació la Vía Láctea, lo hizo de otra forma. El universo, al principio, era mucho más turbulento, caótico, con muchas más interacciones Y de todo ese caos, surgió el orden. Hoy tenemos galaxias que son mucho más maduras, estructuradas, con brazos espirales, con barras, etc.”, detalló.

Finalmente, Rodrigo Herrera-Camus, en el MINGAL, busca conocer en qué condiciones del ambiente, del espacio profundo, una galaxia evoluciona. “Para ello, juntamos astrónomos que estén trabajando en Chile y que estén estudiando cómo el ambiente influye sobre la evolución de las galaxias. Pero, también, hay otro grupo, donde estoy yo, tratando de entender cómo cosas internas cambian en una galaxia. Por ejemplo, los agujeros negros. Por lo tanto, en el Núcleo Milenio, juntamos estas dos líneas para armar una película más coherente”, sentenció.