Raúl Baier explica el concepto de “telaraña cósmica”, que indica la evolución de las galaxias
La “telaraña cósmica” es una estructura, a gran escala, del universo. Es decir, una red tridimensional de filamentos (materia oscura e hidrógeno) que conecta cúmulos de galaxias, donde se forman puentes donde se distribuye la materia. Raúl Baier, investigador del Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL), estudio cómo funciona esta gran madeja galáctica.
El estudio, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, se centra en estructuras ubicadas a más de 300 millones de años luz de la Tierra. Los resultados, teóricos, muestran una correlación -directa y medible- entre la forma de los cúmulos y la inclinación de los filamentos conectados. Este proyecto fue desarrollado por científicos de CHANCES (Chilean Cluster Galaxy Evolution Survey).
Para Baier hay dos formas de estudiar las galaxias. Una, a través de computadores, y simular su estructura y comportamiento; y, la otra, es hacerlo con diferentes tipos, pero de cierta época. “Y ahí ir viendo cómo van evolucionando a través del tiempo, ya que no se puede ver una galaxia a 1000 millones de años luz de distancia, por lo tanto, uno puede crear una especie de línea cronológica”, explicó a Rockstars.
El científico hizo su tesis de grado de magíster sobre la galaxia GN-108036, que es una de las fuentes conocidas más distantes del hemisferio norte. Para ello, se basó en observaciones del telescopio NOrthern Extended Millimeter Array (NOEMA). “Descubrimos que esa galaxia tenía una especie de nube que la envolvía y que, podían ser, vientos galácticos que estaban expulsando el gas hacia afuera”, comentó.
Armando el puzzle
Raúl Baier indicó que los filamentos cósmicos sirven como canales principales para la acreción de materia en los cúmulos de galaxias, influyendo en la forma de sus halos (materia oscura). Por lo tanto, el objetivo de su estudio científico fue ver si la elongación de esos cúmulos se correlacionaba con la orientación de los filamentos. Eso constituyó a la primera prueba observacional en supercúmulos.
El académico señaló que, desde la década de los setenta, existen varios modelos teóricos que intentan explicar cómo el universo se distribuye a gran escala. Y que todo partió a partir de la distribución de un fluido. “Cuando tienes un fluido y lo pones dentro de una esponja, este se distribuye de tal forma que genera una red interior. Esta forma fue propuesta por el astrónomo Yakov Zeldovich”, contó.
Actualmente, Raúl Baier, con su grupo de trabajo, investiga la geometría y morfología de los cúmulos de galaxia, que están directamente relacionados con la orientación que tienen sus filamentos. “En un principio, uno asume que son estructuras esferoidales, pero, en realidad, tienden a ser algo más oblato, como una especie de sandía. Eso es justamente lo que nosotros probamos”, afirmó.
Finalmente, el científico de MINGAL ya está trabajando en un tercer paper, a través de un nuevo algoritmo, que busca detectar estructuras filamentosas cósmicas, pero relacionado a simulaciones lógicas para entender, por ejemplo, la distribución de un cúmulo en 2D y en forma tridimensional. Para llegar a estas conclusiones, Baier trabaja con imágenes ópticas del Legacy Survey y observaciones, en rayos X, del telescopio espacial eROSITA.

