Otero y su trabajo en neuroestimulación para el mejoramiento cognitivo de las personas
La doctora Mónica Otero, académica de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la U. San Sebastián, trabaja en el modelado de la dinámica cerebral a diferentes escalas, es decir, en el estudio de las oscilaciones cerebrales y su respectiva funcionalidad. Además, realiza investigaciones sobre herramientas experimentales y de modelización para contribuir a las mejoras técnicas de estimulación sensorial.
La profesional es miembro del claustro de los doctorados en Biología Computacional e Ingeniería de la USS e investigadora asociada de la Fundación Ciencia y Vida. Tras cursar Ciencias de la Computación en su natal Cuba, la doctora viajó a Chile a participar de las Escuelas de Neurociencias Computacionales (LACONEAU), que organizan la U. Santa María y la U. de Valparaíso.
Tras eso, se estableció en el país siguiendo la línea de investigación de las neurociencias computacionales. “Ahí estudié un fenómeno llamado persistencia del entrainment neuronal, que son mediciones, a través de electroencefalograma, para ver la capacidad de nuestro cerebro de sincronizar su actividad a raíz de un estímulo externo. Y también su dependencia a la fase de ese estímulo”, explicó Mónica Otero a Rockstars.
En este estudio, añadió la doctora, tuvo que incluir el desarrollo de un dispositivo para que la estimulación sensorial fuese visual. “Esta pantalla tenía la capacidad de poner estímulos a cierta frecuencia. Ese fue el primer paso, bien electrónico. Luego, hubo una parte experimental donde hice experimentos en electroencefalografía y luego vino una parte de modelación computacional”, agregó.
Mejora en pacientes
Mónica Otero comentó que las estimulaciones eran de aproximadamente 10 Hz, que es donde resuena normalmente la corteza visual. La investigadora indicó que las particularidades de este experimento es que se hacían a la frecuencia intrínseca de cada persona. “Lo que intentaba demostrar era la importancia de la frecuencia y la onda particular de cada una de las personas”, explicó.
La doctora trabaja en estimular, tanto sensorialmente como con pequeños pulsos de corriente, ciertas áreas del cerebro. “Me centré en cómo desarrollar un modelo que pudiera describir este proceso. Este proyecto busca modelar la neuroestimulación, pero con un fin particular, que es poder optimizar sus parámetros para lograr, por ejemplo, mejorar la performance cuando uno realiza determinadas tareas de memoria de trabajo”, relató.
Todo esto, añadió, está centrando en el envejecimiento, ya que hay determinadas redes que se dañan naturalmente. “No es que sea patológico, pero uno empieza a olvidar ciertas cosas. Esta técnica es una herramienta que promete mejorar la actividad cognitiva a través de esa neuroestimulación”, agregó.
Finalmente, la investigadora de la USS Mónica Otero, está centrada en cómo optimizar estos modelos computacionales, para poder decirle al facultativo respectivo (que atiende a los pacientes), cómo tratar particularmente a cada persona. “Hay mucha variabilidad, por lo tanto, lo que debemos hacer es personalizarlo. Hoy está muy de moda la medicina personalizada”, concluyó.