Economista explica cómo la humanidad se ha dispuesto para el desempleo tecnológico

Hoy en día se habla constantemente de que la tecnología llegará a ocupar los puestos de trabajo de las personas, provocando así un conflicto social bastante sensible. Pero este mismo pensamiento, se vivió en los tiempos de la Revolución Industrial cuando, a través de tecnología, se modificó la forma de ejercer ciertas labores. Ambos ejemplos se refieren al concepto denominado: desempleo tecnológico.

Luis Valenzuela, investigador de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, conversó con Gabriel León, en el programa Rockstars, y explicó cómo históricamente la humanidad ha tenido que lidiar con la tecnología, en labores de automatización de procesos, mejoras y otros mecanismos para cumplir con los mismos objetivos, pero en menos tiempo o con menor personal humano.

El ingeniero comercial realizó su magíster y doctorado en la Universidad de Oxford, Inglaterra; donde estudió todos estos fenómenos sociales y económicos. En su tesis de grado doctoral, Valenzuela trabajó en los efectos de la tecnología en el mercado laboral, donde destacan los conceptos de desempleo tecnológico y polarización laboral.

Sobre el presente del mundo laboral, Luis Valenzuela indica que, tras el boom del capitalismo de los años ochenta, hoy se vive una especie de competencia global, donde China ingresó fuertemente cambiando las condiciones laborales y los ingresos económicos. “Hoy en día, las empresas buscan maximizar utilidades y minimizar costos. Por ejemplo, un trabajador en Asia es mucho más rentable que otro en Estados Unidos, por factores sociales y económicos”, explica el experto.

Y las razones de aquello tiene que ver específicamente con que un trabajador norteamericano exigirá derechos laborales, vacaciones, contrato, condiciones mínimo de trabajo, etc.; mientras que el mismo empleado en Asia, lo hace en condiciones sociales débiles. “Entonces, por temas de costos, y dado los avances tecnológicos en transporte y comunicaciones, se hace este desbalance de poder, llamado como China Shock, donde el mundo occidental avanzado tiene que competir contra un billón de personas”, agrega.

Desigualdad social

De que la vida está más cara, es una realidad inevitable. Pero, en alguna medida, ese costo tiene que ver con la calidad de vida que queremos. Por ejemplo, antiguamente, las personas de clase media necesitaban un auto, una casa y un televisor. Hoy en día, las personas, viajan, se compren tecnología de alto costo y, además, buscan colegios particulares a sus hijos. Los gastos no son lo mismos.

Si bien es cierto, las desigualdades siguen apareciendo, Luis Valenzuela indica que no hay una distribución normal y que nadie en economía espera que así lo sea alguna vez. “Hay una correlación directa entre ingreso y riqueza. Por ejemplo, si tienes más ingresos, puedes ahorrar más y generar más riqueza comprando activos. Y eso se traduce en diferencias sociales, de educación, etc. Por lo mismo, lo que se espera es que la clase media se fortalezca”, comenta.

El economista señala que ese sueño americano de la clase media sí se cumplió en la época dorada del capitalismo, donde este grupo socioeconómico pudo surgir, crecer y tener bienestar social. Pero que hoy en día, sólo las empresas se hacen más productivas, generando más recursos y utilidades. “Los trabajadores comienzan a perder, porque, por culpa de esta competencia global, los sueldos disminuyen, generándose esta polarización”, indica.

Desempleo tecnológico

Luis Valenzuela comenta que, tras egresar de ingeniería comercial, trabajó en una empresa india que estaba en Chile y que le prestaba servicios a un banco norteamericano. Y ahí conoció in situ cómo funciona el modelo global de mercado. “En vez de pagarle a un norteamericano una cifra cinco veces mayor, nos tenía a nosotros con un sueldo, para nosotros bueno, pero bajo los estándares”, explica.

Tras esa experiencia, decidió viajar a Inglaterra a hacer el magíster y doctorado a Oxford. Ahí pudo meterse de lleno en el tema del cambio tecnológico en el ámbito laboral. “Mi motivación tiene que ver con pobreza y desigualdad, y el tema tecnológico está relacionado con ambos conceptos. Por ejemplo, la robotización, automatización, IA, y machine learning, eran conocimientos que estaban apareciendo. Y comencé a investigar sobre los efectos de la tecnología en el mercado laboral”, cuenta el economista.

Valenzuela aprendió sobre la polarización laboral donde antes había ocupaciones que eran de la clase media, y que se clasificaban como tareas más rutinarias, ahora están desapareciendo. Y lo mismo pasa hoy en día con las tareas repetitivas, ya sean manuales o cognitivas. Y la explicación a esto tiene que ver con la automatización de dichas tareas.

“Las tareas rutinarias son codificables, por lo tanto, puede tener un algoritmo. Este tema viene de los años ochenta. Por ejemplo, hoy, en los computadores puedes escribir más rápido. En los últimos 30 años, sí ha habido ocupaciones que han perdido trabajadores porque han sido desplazados por computadores y algoritmos”, señala.

Aunque este tema de desempleo tecnológico viene de la Revolución Industrial ya que, muchas tareas manuales, fueron automatizadas de una forma distinta. “El caso de la Revolución Industrial fue el punto donde los cambios tecnológicos se volvieron inevitables. Por ejemplo, en esa época se mejoró la productividad en varios procesos, impulsada principalmente con la invención del motor de vapor”, añade Valenzuela.

Aunque gracias a esos inventos, se comenzaron a desarrollar nuevas operaciones e industrias. “Al mejorar el proceso de ovillo, la ropa se hizo mucho más barata. Y eso tuvo un efecto positivo en la cadena de valor, por ejemplo, en el uso de algodón, diseño, tintura, etc. La demanda del producto le ganó a la oferta”, explica.

Conceptos del presente

A principios del siglo XX se pensó que en 100 años más, las personas iban a trabajar 15 horas a la semana, debido a los avances tecnológicos que se vaticinaban en esa época. Aunque aún se está lejos de ese augurio, han cambiado para bien las extensiones en los horarios de trabajo.

Lo que sí ha cambiado hoy es la calidad del trabajo. Por ejemplo, Luis Valenzuela menciona el concepto de gig economy, que es un nuevo formato para generar ingresos fuera de la idea de trabajo tradicional en la cual una persona se encarga de realizar una tarea específica, y cobra este servicio de forma independiente.

Aunque este tipo de “contrato” laboral o desempleo tecnológico tiene serias trabas contractuales y derechos hacia los trabajadores. “Debo decir que Chile es pionero en la regulación de este tipo de trabajo como los repartidos de comida rápida o los choferes de aplicaciones móviles. En septiembre de 2022 entró en vigor la ley que les provee derechos laborales. Además, hace poco en Europa se está regulando sobre el uso de redes sociales. Aunque, en la humanidad, lo que siempre ha pasado es que primero viene la razón de negocio y después la regulación a aquello”, lamenta.