Dafne Pino señala los desafíos y oportunidades de Antofagasta en materia energética
Para muchos Antofagasta es la ciudad del futuro. Hoy en día, representan el 20% de la inversión nacional, entregando un PIB de un 8,8%. Dentro de sus industrias, la minería abarca el 56% de toda su economía. Y hoy en día, con los avances sobre la explotación del litio, tiene grandes oportunidades y desafíos para desarrollar ese cambio en materia energética que el país requiere. Dafne Pino, seremi de energía de la región, se refiere a estas metas.
Hoy, la mayor contaminación ambiental proviene del transporte, principalmente compuesto de diésel. Por lo tanto, la electromovilidad es una herramienta clave para alcanzar los compromisos del año 2050. Y para eso, el cobre y el litio son importantes, minerales que la ciudad de Antofagasta tiene de sobra.
Tras pasar por el mundo privado, como parte de la Sociedad de Industriales Químicos de Antofagasta, por ejemplo, Dafne Pino aceptó hacerse cargo de la seremi de la región, principalmente para aportar a los cambios que Chile necesita. “Quiero ayudar al desarrollo económico del país, que podamos crecer en igualdad y poder reducir la desigualdad. Y la minería y la energía tienen mucho que aportar para lograr esto”, señala.
En Antofagasta, hoy en día están las principales empresas mineras del país, se está trabajando en la industria del litio y se busca potenciar el hidrógeno verde. Todo esto aporta a la descarbonización global que el mundo necesita. “Hoy en día, la minería demanda cerca del 60% de la energía que se genera en esta ciudad. Por lo tanto, tenemos desafíos claros para alcanzar la carbono neutralidad”, indica Dafne Pino, quien conversó con Pamela Osadey, en Sello Región.
Encadenamientos productivos
En el año 2012, el 100% de la energía que se producía en la región de Antofagasta era termoeléctrica, a partir de combustibles fósiles. Hoy en día, la situación cambió de forma abismante, ya que el 50% de esa misma capacidad corresponde esta vez a energías renovables. Eso quiere decir que la descarbonización de la matriz está cerca de consagrase.
“Aún hay que descarbonizar, por ejemplo, los consumos internos de la minería. El transporte es uno de ellos. Hay innovaciones que se han presentado para ir avanzando en la electrificación de los consumos mineros. Hay 18 proyectos que están en construcción para triplicar la capacidad instalada en termoeléctrica, con energías renovables. Ahora, el almacenamiento es el gran desafío”, explica Dafne Pino.
El problema del almacenamiento es crucial, ya que existe un vertimiento de energía importante en la región que no son capaces, por infraestructura, de transmitir a los centros de consumo. “El 35% de la energía que se produce en la región de Antofagasta se transmite a ciudades como Santiago, pero otro porcentaje importante donde las líneas están saturadas”, sostiene.
Para suplir el problema del almacenamiento, existen proyectos como el Cerro Dominador, donde se producen 110 megas por concentración solar de potencia. Además, tienen otra planta fotovoltaica que producen otros 100 megas más. Esa energía de base se produce las 24 horas del día. “Hay que avanzar en esa solución. Hay que almacenar en distintos formatos. Por ejemplo, hay un proyecto de 2000 millones de dólares con foco en Antofagasta. Además, hay un proyecto de bombeo hidráulico, de aire comprimido y el de hidrogeno verde”, comenta”.
Foco en la electromovilidad
Como se mencionó, en Antofagasta hay minerales claves para la electromovilidad como el cobre y el litio. Con este último producto se fabrican baterías que ayudan al almacenamiento de la energía. Por ejemplo, los vehículos eléctricos, además, tiene entre dos y cinco veces más uso de cobre que un vehículo convencional. Como grandes productores, la región tiene un rol fundamental para que la electromovilidad se pueda desplegar a nivel mundial.
Por lo mismo, los diversos actores de la región, es decir, las universidades, las empresas, el mundo privado y estamentos gubernamentales, deben generar las condiciones para crear esta industria mundial. Pero además la capacitación es crucial. Por lo mismo, se crearon dos perfiles: especialistas en diagnóstico y mantenimiento de vehículo eléctrico; y también instalador de infraestructura de carga para vehículo eléctrico. “El vínculo de la industria con las universidades es crucial en el despliegue de la electromovilidad”, estima.