Desde hace muchos años que Chile es considerado una potencia mundial en energía solar. De hecho, según numerosos artículos, nuestro país tiene potencial para producir la totalidad de su electricidad a través de este tipo de fuente renovable. Por su parte, la zona norte posee la mayor incidencia solar del mundo, concentrándose esta principalmente en el desierto de Atacama.

Daniel Rosende, Managing Director de la empresa SMA, para Latinoamérica; conversó con Victoria Walsh, en el programa Café Plus, de TXS Plus, donde se refirió a los desafíos de su empresa, pero también a los usos de la energía solar fotovoltaica en Chile, sobre todo a nivel domiciliario y comercial.

“(Con SMA) Llevamos más de 40 años produciendo y fabricando tecnología para instalaciones y proyectos solares fotovoltaicos. Somos una empresa alemana, de la ciudad de Kassel, que inventó la tecnología de inversores. Y ahora estamos hace más de 10 años en Chile, tratando de apoyar la transición energética en este campo renovable”, explica Rosende.

Hoy, la firma tiene un alto reconocimiento a nivel solar fotovoltaico en Latinoamérica y se ubica dentro de las 3 mejores de su rubro a nivel mundial. “Durante los últimos años hemos tenido una gran competencia por parte de proveedores asiáticos. Pero nos hemos podido mantener arriba. En SMA contamos con soluciones de calidad, y que están orientadas en acompañar a nuestros clientes en toda la vida útil del proyecto solar fotovoltaico, que debiera ser de al menos 25 años”, agrega.

Energía limpia

La solar fotovoltaica es la generación de energía con fuentes renovables más sustentable del mundo. Por lo tanto, también deben serlo en toda la cadena de valor. Por lo mismo, según comenta Rosende, SMA lidera a nivel mundial el tema de sustentabilidad en sus proyectos, tanto en la etapa de fabricación como en la selección de los componentes (partes y piezas) que se usan.

Para el Managing Director, Chile ha logrado y alcanzado muchas metas, por ejemplo, es uno de los países con la mayor penetración per cápita de generación solar fotovoltaica. Sobre los desafíos de que se requieren para seguir mejorando, Rosende destaca dos: temas regulatorios y de mercado.

“Venimos trabajando con un mercado eléctrico que tiene la misma regulación hace 40 años. En eso debemos evolucionar. Es importante mencionar que hoy estamos viviendo una verdadera revolución energética y debemos estar a la altura. Soy un convencido de que vamos por un buen camino, pero tenemos desafíos que solucionar”, admite.  

Consumidor y productor

SMA se instaló en 2012 en nuestro país para expandirse a toda la región. Para Rosende, Chile es el gran líder de la transición energética hacia fuentes renovables no convencionales, sobre todo en energía solar fotovoltaica. Además, nuestro país ha sido pionero en el desarrollo de grandes proyectos, a gran escala.

“Eso sí, estamos un poco atrasados en lo que se refiere a generación distribuida, es decir, a tener energía solar fotovoltaica a nivel residencial y comercial. Por ejemplo, nos hemos quedado atrás respecto de países como Brasil y México, donde han ido marcando un mayor dinamismo, con reglas más claras”, señala.

Otro de los puntos que señala Daniel Rosende como desafíos concretos para el país, es cómo se establecen mejores mecanismos “para aumentar o masificar la energía solar fotovoltaica a nivel distribuido, es decir, en nuestras casas. La gente tiene que saber que, hoy en día, uno puede ser un consumidor y un productor de energía, en forma totalmente centralizada. Y eso está sucediendo en los mercados más desarrollados, como Europa o Estados Unidos”, añade.

Por último, el Managing Director de SMA, para Latinoamérica, indica que en Chile hay bastante interés en poder tener esta energía solar en las casas. Pero Rosende explica que lo que genera barreras es la inversión inicial. “Hay que cubrir esas necesidades. Lo bonito de esta fuente es que tienes un nivel de retorno rápido. Por ejemplo, si uno instala una red solar fotovoltaica en un techo, hay un tiempo de pago, un payback, de aproximadamente cinco años; siendo que la instalación debería durar unos 25 años. Es harto ahorro, pero la dificultad está en la primera inversión”, sentencia.