Joaquín Reyes: “La idea del justo precio es necesaria para explicar cosas relevantes de hoy”

El justo precio, en economía y filosofía, es el valor (coste) que permite al comerciante vivir dignamente con su actividad y a la vez permite que, dicho bien o servicio, pueda estar al alcance del consumidor que lo requiera. Joaquín Reyes, investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, estudia la verdadera consecuencia de esta definición.

El académico entró a estudiar derecho a la Pontifica Universidad Católica, pero rápidamente se dio cuenta que necesitaba un factor filosófico para entender una de las claves de la vida: la justicia. Por lo tanto, la entidad académica le permitió cursar ambas carreras. “Una de las discusiones centrales, quizás por eso ingresé a estudiar derecho, ha sido una inquietud constante en el caso particular del precio justo”, señala.

Antiguamente, indica, hubo un concepto de justicia asociado a la idea de que el precio justo estaba asociado a los contratos de fondo. Es decir, que el precio que uno pagaba tenía que ser equivalente al valor del producto que uno recibía a cambio. Pero esa idea, señala, cayó en desgracia por distintas razones, entre ellas, por el auge de ciertas teorías económicas, principalmente ligadas a la oferta y la demanda.

“Todos los procesos económicos no nos hablan de justicia. Por ejemplo, si yo quiero determinar el precio de algo, necesito oferta y demanda. Y la idea de justicia no entra en esa ecuación. Lo que estoy investigando es precisamente determinar si esa noción (justicia) efectivamente tiene sentido. Yo creo que sí tiene sentido y hay que saber cuál es el concepto de justicia que está detrás de esa noción”.

Joaquín Reyes, investigador de la USS.

Terminadas sus carreras de pregrado, Joaquín Reyes se fue a hacer un Magíster y Doctorado a la Universidad de Edimburgo, en el Reino Unido, siguiendo el tema del justo precio. “Terminé haciendo mi tesis de Magíster sobre el justo precio y quise seguir con la tesis del doctorado, pero el desafío central fue cómo saber que esta noción de justo precio, que fue tan importante por siglos, cayó en desgracia. Finalmente, entendí que hubo cambios fundamentales en las ideas económicas y jurídicas”, explica a Rockstars.

Desafíos de investigación

Para el investigador de la USS, la conclusión que sacó del Magíster fue bastante pesimista. Y no sólo porque la idea de justo precio perdió el sentido, señala, sino que porque todo un paradigma, por decirlo así, toda una estructura de pensamiento dejó de ser relevante para el mundo moderno. “Entonces, el desafío principal, fue tratar de revitalizar esta noción y presentarla de una manera que tuviera preguntas interesantes, no para los medievales, sino que para nosotros”, sostiene.

Ese fue el desafío que tuve en la tesis de doctorado, comenta. “Diría que el primer desafío fue tratar de mostrar que esas afirmaciones, acerca del justo precio, son exageraciones. En realidad, esta idea sigue vigente y es necesaria para explicar algunas instituciones del derecho y de la economía que son relevantes para el día de hoy”, añade Joaquín Reyes.

Dada su investigación, el doctor se dio cuenta que la idea de que los precios no tienen nada que ver con la justicia choca con una intuición moral básica y fundamental. Por ejemplo, indica que el psicólogo Daniel Kahneman hizo estudios empíricos sobre la reacción de las personas ante distintos aumentos de precios. “Uno de los ejemplos que él usó, fueron los aumentos de precios respecto de las palas, después que nevaba. Entonces, le preguntaban a la gente si consideraba que eso era injusto. Y la mayoría, es decir un 80%, consideraba que era o muy injusto o injusto. Y, claro, desde el punto de vista de la teoría económica, eso se explicaba fácilmente”, detalla.

Finalmente, Joaquín Reyes sigue trabajando sobre el precio justo, dado que, comenta, es una preocupación legítima. “Lo que trato de hacer, al menos en mi investigación, es tratar de mostrar que esas preocupaciones legítimas no nos llevan a descartar la noción de precio justo, sino que, todo lo contrario. Esas preocupaciones nos dan alternativas o concepciones de justicia en los precios. Los precios que respetan la autonomía de las partes van a ser justos”, culmina.