Expedición científica analizó presencia de microplásticos en costas de P. Montt y Concepción

Este verano, una travesía científica fue realizada por los mares del sur de Chile. La expedición Centinela I, liderada por la doctora Karla Pozo, realizó muestreos en la desembocadura de seis ríos desde Concepción hasta Puerto Montt. La excursión examinó el flujo de microplásticos desde los ríos hacia el mar, aportando datos para analizar el impacto de estos en los ecosistemas y en la cadena trófica.

La investigadora de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la Universidad San Sebastián centra su línea de investigación en la caracterización y procesos de transporte a gran escala de contaminantes orgánicos persistentes, como los microplásticos. El equipo, compuesto por académicos y alumnos, recolectó muestras en aguas superficiales utilizando una Red Manta y una bomba eléctrica para muestreos a 10 metros de profundidad.

Inicialmente, según cuenta la investigadora, la biología marina aborda temas en la producción de acuicultura. Pero, al terminar su pregrado, tomó contacto con un docente en la Universidad de Concepción (Óscar Parra), quien le propuso estudiar la contaminación en organismos marinos y en lagos de altitud. “Por lo mismo, yo hice mi tesis sobre contaminantes orgánicos persistentes. En particular, como es una gama muy amplia, fue en un grupo específico llamado bifenilos policlorados”, cuenta a Rockstars.

Karla Pozo dice que estos compuestos están en forma líquida adentro de los condensadores dieléctricos. Entonces, según estudios hechos en Estados Unidos, se comprobó que estos contaminantes (bifenilos policlorados), son muy volátiles. “Por lo tanto, en situaciones de derrame, llegan a la atmósfera y pueden viajar a través de las masas de aire. Y la tesis de los pedagógicos fue sobre la presencia de estos en sedimentos de laguna de altitud en la Cordillera de los Andes”, añade.

Investigación pionera en microplásticos

La investigadora de la USS dice que un contaminante persistente es aquel que tiene una vida superior a un año. Esos compuestos tienen un efecto sumamente importante en los ecosistemas. “Nuestra hipótesis fue que había un proceso químico, que es la condensación de las sustancias químicas, y que actúa en base a la temperatura. Por lo tanto, la condensación se favorece cuando hay baja temperatura. Por lo tanto, los contaminantes precipitan”, explica.

Sobre cómo comenzó la expedición Centinela I, Karla Pozo cuenta que la línea de investigación lleva entre 10 a 15 años estudiando la presencia de microplásticos en las zonas costeras. Es un proyecto pionero que está destinado también a los estudiantes y que apoya las carreras relacionadas con el mar. “Chile tiene una extensa línea costera y en base a eso una actividad económica muy importante en la pesca y la acuicultura. Por lo tanto, es mandatario saber qué es lo que hay en nuestras aguas”, señala.

Según cuenta la bióloga marina, a cargo de la expedición, el trabajo se diseñó en base a la experiencia del equipo de trabajo que han estado en otras investigaciones sonográficas. “Por ejemplo, la logística fue diseñada en base a donde está la embarcación, que es Puerto Montt. De ahí partimos hacia Concepción, donde está nuestra sede. Y teníamos la pregunta de investigación sobre cuál es el aporte que hace la alta acuicultura debido a la utilización de muchas redes plásticas”, indica.

Finalmente, sobre los resultados más interesantes que han tenido, Karla Pozo indica que lograron obtener un rango de partículas, que se extrapoló a kilómetros cuadrados. “Detectamos que había una diferencia en la concentración de microplásticos, entre la zona centro (Biobío) y la zona centro-sur (P. Montt). Observamos que las concentraciones más altas las detectamos en Maullín, que está en el Canal de Chacao, donde hay una alta actividad de acuicultura y pesca. Y así, se iba generando un gradiente que iba disminuyéndose hacia el norte”, sentencia.