Carina Letelier: “Mi parte creativa fue mezclar arte y ciencia desde la astrofotografía”

Muchas veces las crisis son oportunidades para replantearse los destinos de la vida, tanto en los ámbitos personales, académicos o laborales. Y precisamente eso fue lo que llevó a Carina Letelier, ingeniera civil industrial, a dejar su trabajo y apostar con todo a profesionalizar su hobby como astrofotógrafa. En conversación con Rockstars, la artista cuenta su historia y sus propósitos a conseguir.

La vida laboral de Carina fue particularmente dispar. Tras un fugaz intento por estudiar periodismo, la profesional ingresó a la FACH donde completó la ingeniería civil industrial. Tras ello, hizo un Magíster y efectuó un posgrado en el MIT, donde tuvo compañeros de 29 países distintos. “No había pruebas como tal, fueron todos proyectos, estudios de investigación, análisis de papers, etc. Hubo una simulación, por ejemplo, que se llamaba The Fresh Connection, donde teníamos roles y debíamos tomar decisiones todas las semanas”, recordó.

Hasta ese momento no tenía ninguna relación con la fotografía ni con la astronomía. Solo había realizado un astro tour en el Valle del Elquí y en San Pedro de Atacama, pero con luna llena. Precisamente fueron esas fallidas experiencias las que la motivaron a meterse a la astrofotografía. “Buscando actividades por hacer, me acordé que tenía una cámara y salí a fotografiar una lluvia de estrellas. Sin experiencia y sin haber leído el manual, el resultado fue frustrante”, indicó.

Por ello, decidió participar de un campamento de astronomía para aficionados en el Valle del Elquí, donde conoció a mucha más gente involucrada. Ahí aprendió conceptos como la montura ecuatorial o conoció un aparatito que se alinea con el Polo Sur Celeste, por ejemplo. “Todo eso me hizo click y descubrí que puedo apreciar los brazos traslapados de la Vía Láctea y ver galaxias como la Gran Nube de Magallanes”, detalló.

De hobby a profesión

Después de ese descubrimiento galáctico, Carina Letelier se obsesionó con la astrofotografía. Aún con un trabajo estable, partía en la semana al Cajón del Maipo o a Farellones a mejorar su técnica y a buscar los cielos más oscuros posibles. Se afligió tanto con el tema que viajaba horas hasta la región de Coquimbo para seguir la Ruta Antakari, hasta que un accidente vehicular hizo que detuviera su marcha.

Por esta razón y ya con más experiencias en este camino autodidacta, a fines de 2018 renuncia a su trabajo y decide dedicarse tiempo completo a su nueva pasión. Por lo mismo, para generar recursos y seguir con el camino de la divulgación, comenzó a hacer workshops para enseñar a otros su arte. Pero además, llegó el año 2019 donde se produjo el eclipse total de sol de la región de Coquimbo y, después, en 2020 el eclipse en la región de la Araucanía. “Aprendí a vivir de esto y a desprenderme un poco del caos. Ahí viene toda esta parte creativa de mezclar arte y ciencia desde la astrofotografía”, explicó.

Tras eso se ha perfeccionado cada vez más, logrando diverso hitos bien trascendentes. Primero, conoció a Scott W. Roberts, CEO de Explore Scientific, donde colaboró en unas charlas con una agrupación de astronómicos. “Me piden que lo entreviste, pero él habló de la vereda científica. Explicó el por qué somos polvo de estrella, el proceso de nucleogénesis y el colapso de las primeras grandes estrellas, etc. Después, se empezó a reconocer mi trabajo fuera de Chile (fue premiada por la NASA). Y yo decía: una latina, de tan lejos, se está haciendo un espacio allí”, añadió.

Finalmente, Carina Letelier dice que su mejor foto, hasta el momento, ha sido el Arctic Dragon realizado en Islandia. Señala además que le encantaría visitar las auroras boreales de Canadá y Alaska. “Lo primero que hice, con la astrofotografía, fuer recorrer los cielos de Chile. En septiembre recién voy a la Patagonia, a las Torres del Paine, donde los cielos son alucinantes. Pero creo que el cielo más impresionante es en el desierto de Atacama. Allá logré ver mi sombra solo por el efecto de la luz de las estrellas”, concluyó.