Camila Marín investiga liberación de metano en la Antártica y su relación con el cambio climático

Para muchos, el océano es un lugar bastante desconocido. Se habla del agua que se “pierde” en el mar, sin tener el claridad de su aporte, por ejemplo, en las condiciones climáticas. Y si hablamos de las aguas que rodean la Antártica, menos información se tiene. Por lo mismo, la oceanógrafa Camila Marín está estudiando el derretimiento de dichos glaciares y su excesiva liberación de metano.

A raíz del calentamiento global, las grandes masas de nieve se derriten con mayor rapidez, provocando un aumento en la emanación de este gas. Así, la liberación de metano llega a las nubes y provoca mucho más el efecto invernadero. A través de una beca SCAR INSTANT, la experta analizó las aguas costeras antárticas y, prontamente, viajará a Alemania para su análisis.

Camila Marín, en su rol de estudiante, junto a la académica Mireia Mestre, comenzó trabajando en la abundancia -y diversidad- de arqueas y bacterias en el estrecho de Bransfield. Tras eso, siguió con microorganismos (procariotas) y con la disciplina de metatranscriptoma (transcripciones de ARN). “La Antártica es un lugar muy interesante para investigar. Es como un laboratorio natural”, comentó a Rockstars.

Este tipo de análisis, la experta comenzó a obtener valiosos datos sobre la actividad de los genes de cierto tipo de microorganismos y su vinculación con la producción de gases, que pueden ser esenciales para entender los patrones climáticos y cómo es la crisis climática en la Antártica. “Vimos el ciclo del carbono y también un gas relevante, que es el DMS (sulfuro de dimetilo), que es importante en el menor calentamiento de las nubes”, explicó.

Marín y su estudio del metano

Hace pocas semanas, Camila Marín se adjudicó la beca SCAR INSTANT (Instability and Thresholds in Antarctica), una iniciativa tiene como objetivo fomentar la participación de investigadores en etapas tempranas de su carrera (ECR), provenientes de regiones como Sudamérica, Asia y África. “En mi caso, el financiamiento sirvió para poder analizar muestras de gases (metano) en el agua, que fueron tomadas en la isla Rey Jorge”, contó.

El muestreo se hizo en la transición entre primavera-verano, ya que en esas fechas hay más temperatura y mayor radiación. “Hay una gran logística, debido a todo el esfuerzo que uno pone, pero el valor adquirido por los niveles de metano que se obtienen en nuestras zonas de estudio. Por ejemplo, a dos kilómetros del glaciar, ya se tienen valores muy elevados de metano, más altos de los que uno esperaba”, analizó la también investigadora del Centro IDEAL.

Hoy en día, hay una cantidad gigante de metano atrapado en los glaciares de la Antártica. Y si el clima se calienta, se acelera su derretimiento. Así, este gas va al océano, luego se gasifica, y sube a la atmósfera, contribuyendo con un gas de efecto invernadero (GEI). “Además, el metano en el océano puede afectar a las comunidades microbianas. Acá no hay tantos estudios sobre eso, pero en el Ártico sí los hay. Por lo mismo, viajaré a Alemania a analizar estas muestras”, adelantó.

Finalmente, Camila Marín indicó que las muestras ya están en Alemania y que ella debería estar allá entre junio y julio de este año. “Al realizar el análisis de esos gases, podemos ir viendo todas las otras muestras que tenemos. Me gustaría ver además el dato del gas con la ruta metabólica de los microorganismos y describirlo en una publicación científica a realizarse, quizás, en 2026, en el Congreso SCAR en Oslo (Noruega)”, anheló.