
Ulises Ahumada: “Los animales con estas células pueden revertir características del envejecimiento”
En la literatura biológica, la senescencia se refiere al envejecimiento de las células, es decir, estas dejan de dividirse, pero no mueren. Con el tiempo, las unidades se acumulan en los tejidos del organismo. Ulises Ahumada, investigador y docente de la U. San Sebastián, actualmente estudia mecanismos moleculares que previenen la sobrecarga de calcio durante la senescencia celular.
El tecnólogo médico investiga las señales de calcio, liberadas desde organelos como el retículo endoplasmático (RE), que afectan a las mitocondrias y los lisosomas. Su trabajo se centra en entender estos procesos, en relación con enfermedades como el cáncer y el envejecimiento.
Finalizando su pregrado, Ulises Ahumada, junto al profesor Juan Segura, comenzó a trabajar en células reprogramadas (fibroblasto). “La idea era tomar estas células y tratar de reparar ciertas zonas del cerebro que se degeneran, particularmente en enfermedades como el Parkinson, en una zona llamada sustancia negra. En ese contexto, me empecé a involucrar mucho más con la ciencia”, contó a Rockstars.
Bajo ese contexto, comenzó a investigar y estudiar a la mitocondria (orgánulos celulares). “Lo que me interesó saber es cómo se comunicaba la mitocondria (energía) con el retículo endoplasmático (donde se almacena el calcio). Ahí contacto al profesor César Cárdenas y empezamos a trabajar en el mundo de las mitocondrias, cuando irrumpe su comunicación con el RE y provoca la situación de estrés”, detalló.
Pruebas preclínicas
A través de esa investigación, de biología celular, Ulises Ahumada llegó al envejecimiento de estos organismos. El docente se dio cuenta que no todas estas unidades envejecen igual. “Ahí me encuentro con un modelo llamado senescencia celular (zombie cells). Son células que han resistido a la muerte y que se generan a lo largo de toda la vida. El problema con el envejecimiento es que este sistema inmune empieza a fallar y no puede retirar a estas células”, explicó.
Viendo este problema y teniendo un gran interés en la senescencia celular, Ulises Ahumada contactó a la bioquímica estadounidense Judith Campisi, para aprender más de estos organismos. “La mayor virtud es que pudimos utilizar una molécula de una esponja marina, que fue capaz de matar a estas células senescentes de forma específica. Nos dimos cuenta de que los animales que tienen estas células son capaces de revertir características del envejecimiento”, comentó.
Con ello, se dio a entender que la remoción selectiva de células senescentes puede tener un impacto positivo en el organismo completo. “Lo interesante es que este fenómeno de muerte selectiva ocurre en dos tipos celulares asociados a fenómenos patológicos: las células senescentes y las células tumorales. Por lo tanto, si nosotros interrumpimos la comunicación podemos matar a ambos tipos de células”, destacó.
Finalmente, Ulises Ahumada señaló que el salto de estudios de laboratorio a pruebas preclínica o clínicas es sumamente difícil. “Si bien, nosotros ya tenemos modelos preclínicos en animales, que muestran que efectivamente hay un efecto y una cierta protección, como decía Judith Campisi: el humano no es un buen modelo para el ratón. Ahora estamos estudiando farmacocinética y esperamos seguir apoyando eso en el tiempo”, sentenció.