Javier Campanini: “Tenemos que ofrecer nuevas herramientas para atacar a las bacterias”

La resistencia antimicrobiana es un fenómeno donde las bacterias, virus, hongos y parásitos mutan y dejan de responder a medicamentos (antibióticos), haciendo que ciertas infecciones sean difíciles de sanar. Javier Campanini, académico e investigador de la Facultad de Ciencias de la U. San Sebastián, trabaja en nuevas moléculas para combatir ese déficit global.

La ineficacia de los antibióticos puede llevar a enfermedades mucho más graves, a la propagación de más enfermedades e, incluso, puede costar la vida de las personas. Por ejemplo, un estudio de la Escuela de Gobierno UC y la Universidad del Desarrollo (2024), determinó que, debido a esta resistencia, en Chile hay un 42% más de probabilidades de muertes en los pacientes.

En sus años de formación, Javier Campanini comenzó a trabajar con la línea de investigación de cómo la química interactúa con los sistemas biológicos del ser humano. De la mano de su mentor, David Vázquez, el ahora académico de la USS se centró en métodos antibacterianos y los antibióticos. “Los antibióticos y los antiinfecciosos son de los pocos fármacos que les devuelven la salud a las personas”, señaló a Rockstars.

Hoy en día, el docente trabaja en el desarrollo de nuevas moléculas para volver a convertir a los antibióticos en armas letales contras las bacterias y virus. Pero, indicó, sabe que para lograr un éxito pleno son muchos años de pruebas en laboratorio. “En el 2010, se hablaba de una tasa de éxito de 10.000 sobre 1. Hoy en día, gracias a la llegada de la inteligencia artificial, creemos que eso se va a reducir”, aseguró.

Armas químicas

Javier Campanini comentó que hace más de 30 años se vivió la época dorada en el descubrimiento de antibióticos. Aparecían muchas familias y nuevos mecanismos de acción. “Por eso, tenemos que ir ofreciéndole nuevas herramientas y moléculas a las bacterias, con nuevas formas para atacarlas, porque, si no, ellas van encontrando acciones para hacerse más resistentes”, alertó el docente, quien está haciendo pruebas, a la fecha, con larvas de polilla.

Por otra parte, el académico además es miembro de la Organización para la Provisión de Armas Químicas, donde analiza opioides, es decir, drogas como el fentanilo, la morfina y el tramadol, entre otras. El fentanilo, conocida como la droga zombie, comenzó a usarse en la década del sesenta como un potente analgésico, 50 o 100 veces más potente que la morfina. Hoy en día, su consumo tiene en riesgo a parte de la población de Estados Unidos, Canadá, Bélgica y Alemania, entre otros países.

Campanini, junto a John Vidaurre, investigador de Costa Rica, está trabajando otro uso de los opioides: en la confección de armas químicas. Por ejemplo, el 26 de octubre de 2002, en el Teatro Dubrovka de Moscú, 119 inocentes murieron debido a que las fuerzas especiales de la policía rusa, usando un gas narcótico, desbarataron un asalto al recinto, donde se mantenían cautivas 800 personas. El resultado: 119 rehenes y 50 guerrilleros muertos.

“Los equipos de respuesta (paramédicos) no pudieron dar con el antídoto. Ahí hay un antecedente histórico de que un gobierno usó un programa experimental de una droga incapacitante. Rusia nunca informó detalles. Pero Inglaterra, a través de una investigación científica, descubrió, a través de muestras de orina, derivados del fentanilo. Además, en 2024, en Argentina, narcotraficantes contaminaron cocaína con carfentanilo, que es 10.000 veces más potente que la morfina. La combinación de drogas genera compuestos letales tremendos”. Javier Campanini, docente de la USS.

Finalmente, el investigador trabaja, en conjunto con el Estado, para implementar nuevos reglamentos que involucren estos tipos de drogas en una misma ley (20.000). “Si bien, nuestra legislación de drogas sintéticas es suficientemente robusta en el ingreso de nuevas sustancias, nosotros, con nuestros conocimientos en química medicinal, queremos anexar nuevos antecedentes a las 13 familias de sustancias ya existentes y modernizar nuestra regulación”, comentó.