Gerente de ESSBIO comenta las acciones para el cuidado del recurso en Biobío y Ñuble
En Chile, el 12% del agua se utiliza para uso doméstico, mientras que el 74% es para uso agrícola y el 14% se utiliza en la industria. Además, la cobertura urbana de agua potable (99.9%) y la de alcantarillado (96,7%), nos sitúan con estándares de países desarrollados. Pero la crisis climática ha hecho que nuevas acciones se implementen. Peter Schmohl, gerente regional de ESSBIO, analiza el presente del recurso en las regiones de Biobío y Ñuble.
El cambio climático se ha traducido en una crisis natural y de infraestructura para el país. La larga sequía, sumada a las recientes y frecuentes inundaciones que afectaron a varias localidades de la zona central, han generado nuevos riesgos, acciones y desafíos para las autoridades. Y en las regiones de Biobío y Ñuble ya se está trabajando en mejoras.
Peter Schmohl lleva casi 10 años en ESSBIO y comenta los trabajos que se están implementando en la zona. “Se prevé que Chile en los próximos 15 años se convertirá en uno de los países con más efectos adversos por el cambio climático. Nuestro compromiso es producir agua, pero también reconectarla y devolverla a la naturaleza de la mejor manera. Dentro de los efectos de la crisis, está cambiando la frecuencia, la intensidad y la sequía está avanzando de norte a sur”, comenta a Sello Región.
Sobre los efectos en la zona, el ejecutivo señala que, en la región del Biobío, desde el año 2009, se está viendo una disminución en las precipitaciones y, por el contrario, en los meses de junio, julio y agosto hubo altas precipitaciones concentradas en muy poco tiempo. “Hay fenómenos en el cambio climático que tienen que ver con la forma en que está precipitando y eso conlleva desafíos tremendos para la industria sanitaria”, señala.
Peter Schmohl indica además que hay cambios en la disponibilidad de agua en las fuentes superficiales y subterráneas, ha habido eventos de turbidez extremos, etc. Pero, por otra parte, esto conlleva a fenómenos como los incendios forestales, debido a la disminución de la humedad y el aumento de la velocidad de la intensidad del viento. “Pese a tener un 2023 con fenómenos de lluvias intensas y precipitaciones muy fuertes, felizmente hemos podido otorgar un servicio continuo a nuestros clientes”, asegura.
Acciones e innovación
Dado estos escenarios es importante pensar en la resiliencia climática, que es la capacidad de las comunidades locales para resistir, adaptarse y recuperarse frente a un clima que es variable y cambiante. Algo que en ESSBIO tienen muy claro. “Es clave además tener una infraestructura que esté a la altura de estas exigencias”, comenta el gerente regional de ESSBIO para Biobío y Ñuble.
“Tenemos más de 52 comunas que abastecer, con más de 100 plantas donde producimos y tratamos agua. Hoy, hemos dispuesto distintos tipos de tecnologías, por ejemplo, dando robustez a la decantación, pero particularmente atendiendo los fenómenos climáticos de alta intensidad. Nos hemos preparado con estudios para definir cuál es la solución más adecuada para cada una de las localidades y en algunas zonas construimos embalses que permiten tener agua limpia acumulada”.
Peter Schmohl, gerente de ESSBIO.
Dentro de las obras importantes, Peter Schmohl comenta que en la región de Biobío están las localidades de Quillón y Florida, separadas por 23 kilómetros de distancia. La primera está a orillas del Río Itata, con una fuente superficial; mientras que la segunda está en altura, sin fuentes superficiales disponibles. Por mucho tiempo, el agua de Florida era llevada a través de embalses, que dependían mucho de la lluvia, pero el cambio climático no ha permitido almacenarla. “Entonces, construimos un ducto, que une a ambas localidades, e impulsamos agua desde el Río Itata hasta Florida”, explica.
Además, el gerente de ESSBIO señala que las inversiones para el periodo entre 2023 y 2027 alcanzan casi 300 mil millones de pesos, donde trabajarán en mejorar la infraestructura, renovación de redes, construcción de pozos, mejorar captaciones y generar inversiones para asegurar que estos fenómenos se puedan tratar con equipos humanos que estén preparados.
Finalmente, sobre innovación, Peter Schmohl da cuenta la existencia de la Junta de Vigilancia, donde hay acuerdos de comunicación y coordinación para el uso del recurso hídrico con una mirada de largo plazo. Además, hay actores que tienen almacenamiento de agua como las hidroeléctricas, que cumplen un rol importante en la matriz energética del país. “Tenemos consejos ciudadanos para el cuidado de agua, para saneamiento y consumo. Y también hay un trabajo colaborativo con la sociedad civil, las universidades y con todos los actores responsables, para generar un proceso de sensibilización en las distintas comunidades”, especifica.