Lucas de la Maza: “Debemos tomar una mirada más proactiva frente a la crisis climática”

El cambio climático está afectando a todos los ecosistemas de la Tierra, incluso a los lugares más recónditos del planeta. Por ejemplo, Lucas de La Maza, biólogo marino y actualmente estudiante de doctorado en Ecología en Estados Unidos, escribió un artículo donde habla de la importancia de monitorear los océanos y entender qué está ocurriendo con las especies, en especial, en la zona mesofótica.

El artículo, publica en Journal of Marine Systems (2024), habla de la variabilidad de las condiciones oceanográficas que afectan a los ecosistemas mesofóticos del Pacífico Sudoriental, sus tendencias latitudinales y potenciales de refugios climáticos. “En general, son ambientes con luz, pero donde hay poca fotosíntesis, y que se encuentran entre los 30 y los 300 metros de profundidad, dependiendo de la zona”, señaló el investigador a Rockstars.

Además, el también colaborador del Núcleo Milenio para la Ecología y Conservación de los Ecosistemas de Recifes Mesofóticos (NUTME), señaló que en las zonas mesofóticas llega el 1% -o menos- de la radiación fotosintéticamente activa que está en la superficie del océano. “También se le conoce como la zona crepuscular. ¿Y por qué son importantes? Porque es una zona de transición crítica entre los ecosistemas fóticos y los ecosistemas afóticos”, explicó De la Maza.

El cambio climático y sus modificaciones en la temperatura (fenómeno del niño o la niña), por ejemplo, cambiará la estructura de esos “refugios” marinos, lo que puede afectar la pesca, una actividad muy importante para muchas comunidades costeras del mundo. “Cambiará la composición de organismos que hay en estas zonas y evidentemente las especies fotosintéticas no van a ser las dominantes”, indicó el biólogo marino.

Mejores datos

Lucas de la Maza se dedica a los datos. De hecho, en Davis (Universidad de California), como parte de su doctorado, trabaja en la recopilación de información de las zonas mesofóticas. Por lo mismo, tiene una opinión sobre el trabajo que se está siendo en Chile sobre esta misma temática. “La observación tiene mucho trabajo por delante. Necesitamos una red de observación que esté centralizada y con datos con control de calidad y que sean interoperables”, señaló.

Por otra parte, y volviendo a su estudio, el investigador señaló que en Chile existe el anticiclón del Pacífico Sur, que domina o modula los patrones de viento que causan que el agua se desplace desde la costa hacia el océano. “Y esas aguas -más profundas- son ricas en nutrientes, pero también son más frías y tienen un contenido oxígeno más bajo. En Chile, esto es particularmente fuerte, en comparación con California, por ejemplo, donde la zona mínima de oxígeno es más profunda”, detalló.

Sobre por qué se les llama refugios climáticos, Lucas de la Maza los definió como una zona donde, en un contexto de cambios climáticos, las condiciones se mantienen relativamente estables. “Esto podría permitir a ciertos organismos refugiarse y subsistir. Y las zonas mesofóticas, al ser profundas y frías, pueden servir como un refugio para organismos que se vieran estresados por los cambios que ocurrirán más cerca de la superficie”, explicó.

Finalmente, Lucas de la Maza sostuvo que, bajo las condiciones de cambio climático, los organismos que se encuentran cerca de sus límites fisiológicos y que carezcan de la posibilidad de desplazarse, se verán más afectados. “Por lo mismo, tenemos que tratar de tomar una mirada más proactiva, que reactiva, frente a la crisis climática. Debemos evitar que ocurran cosas difíciles de resolver”, sostuvo.