Darwin, siempre vigente
En un contexto en que como humanidad nos hemos tenido que adaptar a los cambios del ambiente y nos vemos expuestos a las mutaciones del coronavirus, Charles Darwin y sus teorías mantienen su relevancia a 212 años de su natalicio.
Cuando el científico británico Charles Darwin se cuestionó cuál era el origen de los seres vivos, comenzó una investigación que marcaría un antes y un después en el desarrollo de la ciencia.
El 12 de febrero de 1809 nació Charles Robert Darwin en Shrewsbury, Inglaterra. A pesar de sentir gran influencia por su padre y abuelo, Darwin no siguió el camino de la medicina y decidió partir al Christ’s College de Cambridge para iniciar sus estudios en ciencias naturales. Fue allí donde un profesor de botánica le sugirió embarcarse en una expedición científica alrededor del mundo en el famoso “HMS Beagle”, a cargo del capitán Robert Fitz Roy.
El recorrido llevó al joven naturalista a lugares como Sudáfrica, Chile, Galápagos y Nueva Zelanda. En estos territorios Darwin realizó observaciones de las formaciones geológicas, fósiles y organismos vivos, lo que le permitió concluir que las diferentes especies se adaptaban a sus respectivos medios. Es así como escribió su obra insigne, “El origen de las especies”, publicada en 1859.
Con este libro, el científico probó cómo la evolución de los seres vivos se daba a través de la selección natural, proceso en que un medio favorece o dificulta que un organismo se reproduzca, manteniendo o adaptando sus características para así evolucionar.
Los conceptos acuñados por Darwin pueden incluso relacionarse con la actual pandemia. El SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, es resultado de una evolución propia de un virus que ya existía en la fauna salvaje y que se adaptó a las células humanas. Los virus, a su manera, también están sujetos a la selección natural pudiendo cambiar de huéspedes y provocar pandemias como la que estamos viviendo, y, por qué no, sacarnos de ella.