Programadores chilenos de exportación

¿Pueden los programadores chilenos aspirar a trabajar en el extranjero? Con talento, es posible, sino es cosa de preguntarle a Javiera Mascaró, Sebastián Findling o Rodrigo Aliste.

Javiera Mascaró, talento chileno en Silicon Valley

“Me contrataron como Manager de Ingeniería de Software a cargo de los sistemas de tesorería y procesamiento de transacciones de tarjetas de crédito. Actualmente manejo un equipo de 6 personas y para fin de año deberían ser aproximadamente 20”, señala Javiera, quien comenta que antes de llegar a Brex

Después de cursar ingeniería civil en computación en la Universidad de Chile, Javiera comenzó a trabajar inmediatamente como ingeniero en software en Groupon, empresa para la cual también trabajó desde EE.UU.

Sebastián Findling, programador para el comercio

Su gran curiosidad y ganas de aprender por sí solo lo llevaron a trabajar en muchos proyectos, una vez terminado el colegio. Pero el que en sus palabras “el más intenso”, fue el que lo llevó a trabajar para la empresa ADD Shop en 2019 y con quien finalmente pudo viajar al extranjero de la mano de 500 Startups. Todo ese proceso, de quedar seleccionado por esta prestigiosa aceleradora, fue fruto del trabajo creativo de Sebastián y el equipo que tenía a cargo.

El gran aporte que realizó Findling, que finalmente llamó la atención de la empresa norteamericana, fue el desarrollo de un software de comercio electrónico para la web, que tenía la particularidad de combinar las herramientas básicas que debe tener un negocio online, con las ventajas técnicas que posee una red social. “Era como una especie de Instagram, pero dedicado a la tienda”, comenta.

Rodrigo Aliste, de Google a Mercadolibre

En su segundo año de Ingeniería Informática en la Universidad Diego Portales: “Un Gerente de Google con el que trabajé en un proyecto para la Universidad Católica y que contemplaba sincronizar la agenda en línea con Google Calendar, vió que tenía potencial y me recomendó postular”, explica Rodrigo. Finalmente quedó y allí incrementó sus conocimientos en la práctica de pruebas de software y mejoró su metodología de desarrollo.

Su experiencia laboral más actual es en Mercadolibre, empresa argentina de comercio electrónico con presencia en 19 países de Latinoamérica. Hoy se encuentra en Chile, pero quien sabe si el día de mañana obtiene una oportunidad fuera del país. Lo cierto, es que estas tres historias de programadores, demuestran que talento en el país hay de sobra y que puede ser explotado en el extranjero.