Grupo de recicladores del Barrio Yungay recibirá una compactadora, un triciclo eléctrico y jaulas de recolección para potenciar su trabajo en terreno y seguir trabajando por Un Mundo sin Residuos.

La Asociación de Recicladores del Barrio Yungay nació cuando varios miembros de un sindicato de coleros que vendía cachureos en la feria de Portales con Esperanza decidieron apostar por algo más grande: se organizaron e instalaron su punto de acopio en una antigua casona de calle Sotomayor, frente a la Plaza del Roto Chileno, para reunir ahí los materiales recolectados. Hasta que el fuego arrasó con todo.

“Juntamos algo por aquí y por allá para comprar nuevamente los toldos, porque vamos a seguir aquí en esta casa, queremos reconstruirla; nos falta terminar el techo y recuperar la bodega”, cuenta Ana María Briceño, presidenta de la agrupación que reúne a 18 recolectores

Para cumplir su sueño de reconstruir el centro de acopio, el equipo de recolectores del Barrio Yungay ya está dando sus primeros pasos. Y un espaldarazo los motiva a seguir adelante: fueron una de las 8 iniciativas de reciclaje territorial seleccionadas por el proyecto Conecta Recicla y Colabora, que coordina Fundación La Ciudad Posible en alianza con Coca-Cola Chile. “Recibirán una compactadora para acopiar de manera eficiente las botellas plásticas que serán valorizadas; un triciclo eléctrico que permitirá aumentar su territorio de recogida y 10 jaulas para instalar en distintos puntos y así concentrar la recolección de PET”, explica Donatella Fuccaro, presidenta de La Ciudad Posible.

La promesa de los recicladores es aumentar su tasa de retiros de botellas plásticas de tres a 12 toneladas mensuales, para lo cual la organización crecerá de los actuales 18 recolectores a 33. Con ese contingente esperan concientizar a 5.000 familias sobre la importancia del reciclaje, dos mil más de lo que hoy logran impactar.

“Somos una agrupación de reciclaje principalmente social porque trabajamos con gente en situación de calle, más los recicladores que somos de la feria; y para mis compañeros yo soy como su mamá, imagínate que para el día de la madre llegan con regalos”, cuenta Ana María. De hecho, un tercio del grupo son personas sin hogar o que han vivido en la calle, que reciben de la agrupación un chaleco y zapatos de seguridad, además de herramientas de protección para no exponerse en pandemia.

Aniceto Ancalao es uno de los recicladores del grupo, quien agradece las mayores oportunidades de recolección que se abrirán con el proyecto Conecta, Recicla y Colabora. “Me pone contento que haya posibilidad de hacer unas lucas más”, dice; a lo que la recolectora Micaela Torvisco suma sus deseos de seguir dando pasos como equipo: “Ahora nos gustaría formar una cooperativa y seguir creciendo en beneficio de todos, porque reciclar es limpiar un poquito el planeta”.

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