Bioquímico Claudio Rojas fue premiado por la RedGT en la categoría “Gestor Tecnológico”

A principios de septiembre se llevó a cabo el décimo aniversario de la Red de Gestores Tecnológicos de Chile (RedGT), donde se entregaron además cinco premios de transferencia tecnológica. Y en la categoría de “Gestor Tecnológico”, resultó como ganador el bioquímico Claudio Rojas, integrante además de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL), de la Universidad de Concepción.

El máster en Ciencias de la Ingeniería Industrial obtuvo el primero lugar por gestionar un portafolio de cerca de 100 tecnologías, participar en el licenciamiento de 11 tecnologías con fines comerciales y liderar la transferencia de la cepa probiótica L. Fermentum UCO979C, que evita la colonización del helicobacter pylori en el estómago e intestinos.

En conversación con Gabriel León, del programa Rockstars, el bioquímico agradeció el premio por su investigación, pero además analizó el presente de la industria de transferencia tecnológica y licenciamiento en Chile. “Debido a que, en Chile, para hacer ciencia hay que estar preocupado por levantar fondos, decidí especializarme en el ámbito comercial de procesos para poder apoyar estas labores de transferencia tecnológica”, parte explicando Claudio Rojas.

El profesional pasó de estudiar bioquímica a hacer un máster en ciencias de la ingeniería, ya que quería aprender de los procesos y las ecuaciones para poder aplicarles a distintas áreas de investigación. “Ahí te das cuenta de que, muchos de los procesos que te enseñan a nivel de ingeniería tienen sentido cuando los aplicas hacia procesos biológicos o hacia procesos propios de otra industria, con otras líneas de investigación”, argumenta.

Estado de la transferencia

Cuando Claudio Rojas estudiaba bioquímica se acercó al mundo de la microbiología. Tenía ciertas nociones de los beneficioso que podía ser eso, pero se dio cuenta que estaba poco comunicado hacia el mundo real. Entonces, buscó la manera de modificar ciertos aspectos del lenguaje para que esto pudiese ser entendido de mejor manera y llevarlo a aspectos comerciales, o sea, obtener un beneficio cuantitativo.

“Eso era lo que me motivaba y me hizo click poder decir que, con argumentos, yo podría defender muy bien que un proceso biológico tiene una funcionalidad real y que puede impactar a la sociedad. Con eso completamos esta cadena de la innovación, tenemos un producto que tiene un fin y que realmente impacta a la sociedad”, expresa.

Por otra parte, el profesional indica que hay cierta reticencia a poder ingresar a un proceso de protección intelectual. “Muchos investigadores, y me incluyo, tienen este paradigma de que la ciencia debería ser abierta, difundida y compartida con todo el mundo. Sin embargo, también existen componentes de mal uso de ciertos procesos tecnológicos que son apropiados por terceros. Entonces, como gestores tecnológicos, proponemos estrategias para la difusión tecnológica, pero con protección intelectual”, contextualiza.

OTL en Chile

Las Oficinas de Transferencia y Licenciamiento (OTL) son unidades operacionales dentro de las universidades, cuya función es la gestión de las invenciones e innovaciones desarrolladas desde la academia. Claudio Rojas indica que antes estas unidades generalmente estaban lideradas por abogados.

Pero desde 2010 las OTL están instaladas en las universidades. “Se generaron las capacidades para que estas oficinas administraran los desarrollos tecnológicos desde las casas de estudio. Se dotaron de herramientas, se capacitó al personal y se profesionalizó, para que la academia, junto a empresas, las implementaran con fines económicos y sociales”, indica el bioquímico.

Esto permitió un uso controlado de los desarrollos tecnológicos y así fue como, sucesivamente, las personas que empezaron a trabajar en la transferencia tecnológica fueron tomando cursos, ya sea de protección intelectual, de transferencia tecnológica y de valorización de activos tecnológicos, los que les permitieron profesionalizarse en diversas áreas.

Hoy existen grandes capacidades en este ecosistema. “Es un ambiente colaborativo. Tenemos muy buenas relaciones con nuestros colegas de otras OTL, porque al ser un proceso nuevo, novedoso, desde el punto de vista del conocimiento, va evolucionando tanto como crece la innovación. Entonces, si el desarrollo es compartido y vamos generando experiencia. Todos podemos impulsar el desarrollo tecnológico que se hace en Chile al resto de las regiones”, sostiene

Futuras investigaciones

Claudio Rojas trabaja en la OTL de la Universidad de Concepción, una región donde existe un desarrollo industrial bastante interesante, con industrias de distinto tipo. “La principal ventaja de la región del Biobío es su masa crítica, los profesionales que nacen acá, básicamente nutrida por el ambiente universitario. Hay tantas universidades que se complementan entre sí para impactar en los sectores productivos”, indica.

Lamentablemente, comenta, existe una fuga grande de conocimiento de personal calificado que se va a poder explorar a otras regiones, principalmente a Santiago, pero también fuera de Chile. “Y ahí es donde se han generado políticas públicas que busquen retener los talentos. Sin embargo, existen brechas que se pueden mejorar, como la integración de profesionales capacitados dentro de la industria para poder generar este vínculo más robusto entre la academia y las empresas”, agrega Rojas.

Finalmente, Claudio Rojas señala que en la OTL de la UDEC los esfuerzos de transferencia están dedicados a la investigación de los probióticos. Por ejemplo, señala que tienen probióticos destinados a la salud femenina y al acné; pero también para animales y para la protección de las abejas. Además, están trabajando con biotecnología, especialmente en la generación de vacunas y péptidos.

“También tenemos soluciones para el sector acuícola, que está muy cuestionado por el uso de antibióticos. Hay colaboraciones además con otras universidades y con la industria minera, en el ámbito de la metalurgia. Esta gama de posibilidades está en distintos estados de desarrollo, por lo tanto, estamos preparando una vitrina para ver las posibles soluciones, lo que necesita e indicar lo que falta para completarlas”, argumenta Rojas.