Alba Martínez trabaja en el desarrollo técnico y financiero de la transición energética

Muchas personas están trabajando en el anhelado sueño de una óptima transición energética, es decir, reemplazar los combustibles fósiles de la matriz por energías renovables no convencionales. Si bien, el trabajo de años empieza a dar frutos, hay factores externos que hacen lento este proceso. Alba Martínez, directora del área de Transición Energética de la empresa Anabática Renovables, hace un balance del presente de esta ilusión.

La compañía lleva 10 años en Chile trabajando por el desarrollo técnico y financiero de la transición energética, y se ha logrado posicionar como una gran aliada para las empresas desarrolladoras de ERNC del país. En conversación con Fernanda Varela, de Girl Power, la profesional habla sobre el desarrollo de la industria del hidrogeno verde, pero critica la lentitud en la entrega de permisos para el desarrollo de proyectos.

“En sus 10 años de existencia, Anabática Renovables ha liderado la consultoría dentro del entorno renovable, trabajando en áreas específicas: una técnica, donde vemos la consecución, optimización, lectura y aplicación de recursos -eólicos y solares-. También, desarrollamos una serie de proyectos para empresas grandes de la industria. Por otra parte, colaboramos con los dueños de los proyectos y finalmente vemos el desarrollo, con una serie de aplicaciones en el mundo de la descarbonización de las renovables”, explica Alba Martínez.

La directora de la empresa además cuenta que el paso siguiente a esto pone a las renovables como el corazón de la producción de hidrógeno, de los combustibles verdes. “El almacenamiento es el complemento de estas tecnologías y allí es donde Anabática Renovables decide tener un departamento de Transición Energética, para utilizar todo el conocimiento en las otras disciplinas dentro de la empresa”, agrega.

Subsidio y permisos

Hace unos años se debatió, en el mundo energético y político, si Chile necesitaba o no subsidios del mundo de las renovables, ya que muchos estaban orgullosos que este mercado surgiera sin la necesidad de este tipo de requerimientos, pero que finalmente salió a flote por un tema de precios. Ante eso, Alba Martínez entrega su opinión.

“Me acuerdo de que, en el año 2004, el megavatio de solar instalado costaba 6 millones de euros. Hoy en día, estamos hablando que ese mismo proyecto tiene un coste de 800 o 900 mil euros. Y está compitiendo y desplazando a otras tecnologías que no contribuyen a la descarbonización. Los inicios no fueron fáciles. Llegué a Chile en 2012 y había muy poca capacidad solar instalada, porque se creía que estas tecnologías eran pasajeras”.

Alba Martínez, directora de Anabática Renobables.

La directora enfatiza que en Chile hay que desmontar una matriz que está creada para ciertas tecnologías y aplicaciones, para que entren nuevas tecnologías. Sobre el contexto actual, Quezada indica hoy se viven días complejos pero que los problemas son diferentes, principalmente por la aparición de nuevas tecnologías y los entornos de inversión.

“Necesitamos más penetración de las energías renovables, pero eso va a tener un costo, ya que la transición energética no es barata. Dentro de los inconvenientes además está el tema de la regulación, ya que no hay claridad para los inversionistas. Esa transparencia la tiene que dar una regulación que te hable de retornos, por ejemplo”, explica.

Almacenamiento y permisos

Otro de los temas importantes que trató Alba Martínez tiene que ver con el almacenamiento. Hoy en día, hay varios proyectos que están en la etapa de evaluación ambiental, donde se habla de miles de megavatios. “Tenemos que ver a los bancos y el riesgo que ellos están dispuestos a tomar con este tipo de proyectos, ya que es una tecnología nueva, que se comporta diferente a lo que hemos aprendido”, indica.

Por otra parte, sobre el rol del hidrogeno en la transición energética, la profesional contextualiza que la capacidad que tiene Chile como recurso energético, con el sol en el desierto de Atacama y los vientos de la Patagonia, mejoran los factores de planta en un 60%. En Chile, se viene hablando de hidrógeno hace tres años, pero el mundo en Europa se mueve y acá no.

“La necesidad de tener ciertos combustibles verdes, originados por el hidrógeno, es latente. La guerra de Ucrania hace que la producción de productos de fertilizantes escasee y los precios de la comida suba. Chile tiene una gran opción, pero la permisiología es una de las piedras de tope del desarrollo de hidrogeno. Probablemente no es la única, pero debemos tener más de celeridad para empezar a crear el mercado que hoy no existe”, enfatiza Alba Martínez.

Finalmente, sobre si Chile podrá llegar a ser líder mundial en hidrógeno verde, la directora aclara: “La oportunidad es magnífica. Otros países están tomando acciones y nosotros no. Creo que deberían estar evaluando apoyar a los inversionistas que quieren tomar posiciones en Chile. Están los mecanismos y las herramientas. Pero la parte regulatoria tiene que ayudar y agilizar proyectos que no necesiten esperar seis años. Si seguimos así, es bien difícil que logremos las metas”, declara.