Diego Acuña: “La dieta es súper relevante e impacta en la forma de cómo envejecemos”

La analogía la comentó el propio Diego Acuña, académico de la U. San Sebastián. Señaló que cuando uno se compra un auto nuevo, este no presenta ningún inconveniente. Pero, a medida que pasa el tiempo, comienza a presentar diversos problemas. Con el cerebro humano, pasa algo similar. A medida que envejecemos, también de deteriora nuestra memoria y aparecen otros problemas. En conversación con Rockstars, el científico habló sobre el estudio que hizo donde, a través de un régimen especial de alimentos, mejora la plasticidad sináptica del seso.

El bioquímico actualmente es académico de la Facultad de Odontología y Ciencias de la Rehabilitación de la USS y es doctor en Ciencias con mención en Biología Molecular. Como investigador postdoctoral, junto a Christian González-Billault, realizaron esta investigación alimenticia que fue publicada en la revista Cell Reports Medicine.

Diego Acuña, en su tesis de pregrado, tenía mucho interés en entender la composición de las células, especialmente del cerebro. Por lo mismo, se unió al laboratorio del profesor Gonzalo Mardones, en la Universidad Austral, donde se interesó en el cáncer. “Comencé a estudiar una proteína en particular, que se asocia a un organelo que se conoce como el Aparato de Golgi, y que participa en la secreción de proteínas. Ahí empecé a desarrollar algunas técnicas bioquímicas bien interesantes”, señaló.

Más tarde, ya en el doctorado, llegó al laboratorio del profesor Cristian González, donde se estaba desarrollando un proyecto que se centraba en estudiar el envejecimiento, pero desde el punto de vista del cerebro. “Ver cómo nuestro cerebro envejece y qué podemos hacer nosotros para poder contrarrestar estos efectos negativos del envejecimiento. En un principio fue complejo, porque no había esta línea de investigación en Chile. Entonces, la levantamos desde cero”, añadió.

Dieta cetónica

El científico señaló que el envejecimiento de nuestro cerebro tiene directa relación con nuestra función cognitiva, es decir, la memoria y el aprendizaje. Comentó que todos en nuestras familias hemos tenido algún pariente que, con la edad, comienza a manifestar algún problema de memoria o a desarrollar demencia. “Lo que captó mi atención, es que cuando somos jóvenes es muy raro encontrar personas que desarrollen Parkinson, Alzheimer o algún tipo de demencia. Solo casos excepcionales, como por ejemplo lo que le sucede al actor Michael Fox, que su Parkinson fue detectado a los 30 años”, indicó.

Por lo mismo, se comenzó a hacer la pregunta de qué surgió. Y a partir de investigaciones, se preguntó qué ocurría con nuestro cerebro cuando nos hacemos viejos. Centraron sus investigaciones en el hipocampo y la corteza cerebral, zonas que están relacionadas con procesos de memoria y aprendizaje. Y ahí, entre las razones de por qué nuestro cerebro envejece, encontraron dos grandes componentes: uno genético y otro ambiental.

Diego Acuña señala que el componente ambiental representa un 70%, y que tiene que ver con estilos de vida, ejercicios, prácticas diarias y nuestra alimentación. “Desde ese punto, la dieta, es decir lo que comemos, es súper relevante y va a impactar de una forma muy significatova en cómo nosotros envejecemos”, manifestó.

Por lo mismo, el estudio que apareció en la revista Cell Reports Medicine, de fecha 18 de junio, habla de la intervención de la dieta cetogénica que se aplica, por momento, en ratones de cierta edad. “La dieta cetogénica es la ingesta de alimentos que contienen muy poco o nada de carbohidratos. Cuando nuestro organismo consume estos alimentos, genera energía en forma de glucosa. Pero cuando envejecemos nuestras neuronas, que son células muy duras, no captan la glucosa, por lo tanto, tenemos menos energía”, explicó.

La ventaja de la dieta cetónica, alta en grasas, es que nuestro organismo, al consumirla, realiza un proceso conocido como beta-oxidación de ácidos grasos. Entonces, utiliza como materia prima las grasas para generar energía en forma de ATP. “Esto es como un switch metabólico, ya que las neuronas comienzan a captar energía, pero a partir de lo que se conoce como los cuerpos cetónicos”, explicó.

Finalmente, Diego Acuña dice que este desarrollo comenzó en el año 2018, cuando comenzó a trabajar en colaboración con investigadores de Estados Unidos, quienes son pioneros en el estudio de dieta cetogénica. “Ellos determinaron que si administras dieta cetogénica de forma ad libitum, es decir, de libre albedrío a los animales, estos pueden tener efectos secundarios. Y esos efectos pueden ser dislipidemia o colesterol”, detalló.

Revise el estudio en este enlace.