Jorge Pérez analizó bosques de Chiloé y determinó cantidad de CO2 que captan por hectárea

Tras diez años de estudios, que implicó un monitoreo a un bosque de Chiloé, una investigación liderada por Jorge Pérez Quezada, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de Chile, demostró que dicha zona es un gran sumidero de dióxido de carbono (CO2). En conversación con Rockstars, el docente detalló las conclusiones del informe.

El trabajo, en principio, concluyó que los bosques del sur de Chile, específicamente los de Chiloé, absorben cerca de 18 toneladas de dióxido de carbono por hectárea al año, los que alcanzan un promedio de absorción de 22,5 toneladas de CO2 por hectárea al año. Así, cada hectárea de bosque absorbe el equivalente a las emisiones de 3,4 automóviles en un año.

Jorge Pérez es ingeniero agrónomo de la U. de Chile y posee un máster en Horticultura y Agronomía y además es doctor en Ecología de la Universidad de California. Actualmente, es profesor del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile.

El académico señala que durante la década de los sesenta y setenta hubo un importante intercambio de profesores entre la Facultad de Agronomía de la U. de Chile y la Universidad de California, por lo mismo, este hecho fue un aliciente para optar a dicho lugar a realizar su trabajo de doctorado. “Tiene la ventaja de tener condiciones climáticas muy similares a Chile y en agronomía son reconocidos mundialmente. Me interesaba la ecología y me encontré con un programa súper potente en esa área”, detalla.

Estando en California, además, estaba en el programa de horticultura y agronomía, y cuando terminó su magíster encontró un proyecto en Asia Central, financiado por la Agencia de Colaboración Internacional de Estados Unidos, donde se estaba capturando carbono en tierras abandonadas. “Entonces, la hipótesis era, y eso es lo que logramos medir con mismas técnicas en Chiloé, que estas praderas abandonadas efectivamente estaban recapturando el carbono que se había emitido”, indica Jorge Pérez.

Conclusiones de Chiloé

El académico señala que, volviendo a Chile, quiso seguir esa misma línea de investigación del doctorado, que tenía que ver con evaluar el balance de carbono de los ecosistemas, tanto sistemas naturales como manejados. “Cuando llegué traté de implementar estas técnicas, que en Estados Unidos estuvieron disponibles a fines de los noventa. Y el primer proyecto en Chile fue en un sector de matorral natural, o sea, no tocado; con otro forestado, con fines forrajeros. Entonces, ahí está la parte ecológica, de ecosistemas; pero también la parte agronómica o el uso potencial que se puede hacer de la zona”, señala.

La motivación de la investigación en Chiloé, según relata Jorge Pérez, fue medir los reservorios de carbono, los stocks. Entonces, indica, uno de los objetivos era poder capturar más carbono, ya que en la zona la planta era de rápido crecimiento. “Sin embargo, cuando comparamos el carbono total de los ecosistemas, nos encontramos que, con la plantación, se había perdido un 40% del carbono del ecosistema natural”, explica.

Por lo mismo, en la Estación Biológica Senda Darwin, desde 2013, instalaron una torre en el bosque y otra en una turbera antropogénica donde hicieron una cuantificación de los stocks totales. “La técnica es parecida a una estación meteorológica, pero con equipos mucho más sofisticados que pueden medir el flujo instantáneo de CO2 en el ecosistema completo”, explica.

Finalmente, a lo largo de más de 200 años, este ecosistema ha almacenado, a lo largo de su existencia, 1.073 toneladas de carbono por hectárea. Estos datos exactos se están recolectando también en el Parque Nacional Alerce Costero, en la región de los Ríos; y en ecosistemas de bosque y turbera en la ciudad de Puerto Williams.