Marcelo Aybar: “El 90% de la tecnología que trata las aguas es en un sistema biológico”

Las aguas servidas son aquellos recursos hídricos contaminados -por su uso domiciliario o industrial- con desechos orgánicos o inorgánicos. Dependiendo de su origen, se denominan aguas grises (ducha, lavamanos, lavaplatos, etc.), negras (inodoros) y riles (residuos industriales líquidos). Marcelo Aybar, investigador de la Universidad San Sebastián comentó una novedosa tecnología en su trato.

Actualmente, el ingeniero ambiental, enfoca su trabajo en estudiar el tratamiento de estas aguas mediante reactores de biopelículas, basado en membranas aireadas. Esta tecnología es una alternativa a los tratamientos convencionales de aguas residuales. Aybar realizó su doctorado, entre 2012 y 2016, en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, donde trabajó en esta técnica.  

Marcelo Aybar señaló que la idea central es poder realizar esa misma labor de forma más eficiente, por lo tanto, todas estas mejoras se deben abordar en los sistemas de tratamiento. “En Chile tenemos la suerte de tener plantas de tratamiento súper modernas, que tratan casi el 100% de las aguas servidas que generamos en nuestras casas. Cumplen su objetivo, pero muchas su real eficiencia no se aborda de una manera sistemática”, indicó a Rockstars.

Por lo mismo, en Estados Unidos, el investigador comenzó a trabajar junto a un advisor para desarrollar tecnología y avanzar científicamente para poder atacar ciertos procesos y hacerlos más eficientes. “Las plantas de tratamiento descontaminan las aguas. Y en Chile hay distintas normativas que cumplir. La estadística indica que el 90% de la tecnología que se ocupa para tratar aguas es en un sistema biológico, es decir, que ocupa microorganismos (bacterias)”, explicó el experto.

Mejor oxigenación

Marcelo Aybar mencionó que se crean condiciones para que estas bacterias crezcan dentro de los estanques, y así esperar la llegada de las aguas servidas, que son el alimento de los microorganismos. “Allí, las bacterias crecen y se multiplican y, simultáneamente, remueven la materia orgánica. Ese es el tratamiento que existe ahora”, indicó.

El investigador añade que, en los reactores biológicos donde ocurre esta degradación, las bacterias, al igual que los seres humanos, necesitan oxígeno para vivir. Y el problema es que debido a la cantidad enorme de aguas servidas y materia orgánica que se genera, los microorganismos requieren grandes cantidades de oxígeno para subsistir. “El oxígeno es el elemento clave para hacer más eficiente su transferencia a las bacterias”, acotó.

Por lo mismo, para hacer más eficiente esta tecnología, junto al proceso biológico, se necesitan micro burbujas para que el oxígeno pueda ser usado por las bacterias y no se disuelva. “Necesitamos mejorar la eficiencia de transferencia de oxígeno de esos sistemas. Por ejemplo, si le damos un kilo de oxígeno, ¿cuántos gramos se van al agua y cuántos se pierden? Hoy, esa eficiencia llega al 25% e incluso al 40%. Entonces, ahí atacamos nosotros con la nueva tecnología”, añadió.

La tecnología se refiere a biopelículas basadas en membranas aireadas. Hoy en día, casi el 75% del oxígeno se va, por lo mismo se ocupan estas especies de bombilla, donde las bacterias crecen en su superficie externa. “Por eso es una biopelícula, porque es una película de bacterias que crece en estado fijo. Así, les entrego el oxígeno a través de estas bombillas, de la membrana, y les llega directo. Con esto, podemos tener eficiencias del 80% a 90%”, puntualizó el investigador de la USS.