IDIEM: Cómo la minería trabaja para disminuir el ruido a nivel ocupacional y medioambiental

El Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (IDIEM), que es dependiente de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, trabaja en el diseño e implementación de soluciones para la industria, entre ellas de la minería. Por lo mismo, Andrés Alcaino, jefe de la Unidad Acústica del Centro, se refirió a cómo están trabajando en disminuir el ruido en las operaciones.

Hoy en día, por ejemplo, la tecnología ha permitido que nuevas fuentes energéticas se hayan introducido en el mundo minero, lo que hace que se utilice mucho menos motor a combustión. Más allá de estas soluciones activas, también es posible generar procedimientos locales para que la mitigación del ruido permita cumplir con las normas, tanto en el ámbito ocupacional como medioambiental.

Andrés Alcaino señaló que el ruido es una problemática que se puede abordar en estos dos polos: por un lado, el que se genera en el proceso minero hacia el medio ambiente, es decir, los humanos y la fauna; y, por otro, lo que pasa en las propias faenas y que afecta a los propios trabajadores. “La tecnología nos permite desarrollar planes -o mapas de ruido- estratégicos durante todas las etapas de desarrollo o en la etapa de mayor esfuerzo de trabajo”, indicó a Minería del Mañana.

Allí, comentó el experto, se genera una fotografía puntual de la condición. Así, pueden ver la afectación que genera, tanto para las faenas internas como para un área de influencia, producto de la propagación de estas fuentes de ruido. “En la minería, las fuentes son muy diversas. Hay algunas que son extremas, como las tronaduras; y otras de maquinarias, como la molienda. Realizar un control de ruido es súper complejo pensando en no afectar la operación”, agregó el experto del IDIEM.

Soluciones locales

Andrés Alcaino explicó que el ruido cambia según la temperatura y la presión atmosférica. Por lo mismo, tener condiciones en un ambiente desértico o de altura, afecta mucho los resultados respecto de una condición normal. “Es importante conocer no tan solo las variables climáticas; sino que también tomar en consideración las variables orográficas, de terreno y las curvas donde se encuentra emplazado un proyecto. Esas pequeñas diferencias generan la distracción del ruido”, sostuvo.

El jede de la Unidad Acústica del IDIEM comentó que todo proyecto de minería debe pasar por una evaluación o declaración de impacto ambiental, donde se deben detallar cuáles serán las actividades durante el proceso de construcción, operación y abandono de la faena. “Desde hace un tiempo, es exigencia que en estas declaraciones se tomen en consideración distintos tipos de percentiles de ruido, no tan solo en dB(A), sino también en dB(C)”, indicó.

Hoy en día, Chile tiene una masa crítica muy amplia a nivel de profesionales acústicos, lo que ha llevado a que existan muchos servicios diferenciados de dispositivos de monitoreo. “En el IDIEM trabajamos con un equipo de monitoreo que nos permite tener un sensor de todas las emisiones en puntos estratégicos de las faenas. Y cuando hay un alza en el nivel de ruido, se envía un SMS o un WhatsApp para indicarlo”, detalló.

Finalmente, Andrés Alcaino comentó los desafíos de IDIEM para el 2030, donde están en las vías de generar sus propias herramientas tecnológicas y -con el uso de la inteligencia artificial- poder integrarla a sus servicios. “Pero no tan solo en el control ruido, sino que también en el área estructural, de edificación y minería. “La necesidad del mercado es tan dinámica que te invita a estar en un constante descubrimiento para poder hacer frente a los desafíos del mañana”, señaló.