Cecilia Arriagada estudia el desarrollo embrionario del corazón y sus efectos ambientales

El Centro de Biología Celular y Biomedicina (CEBICEM), de la U. San Sebastián, se dedica al estudio de la célula y de cómo sus disfunciones afectan la salud humana. Por ejemplo, exploran mecanismos de equilibrio celular, con enfoque en metabolismo, proteínas y comunicación intercelular. Cecilia Arriagada, investigadora del ente, trabaja en el desarrollo embrionario del corazón.

Con estudios en bioquímica y bioinformática, la académica realizó una estancia postdoctoral en la Universidad de Rogers, en Estados Unidos. Pero fue durante su título de pregrado donde se sorprendió con el descubrimiento de la rana africana Xenopus laevis. Este anfibio posee una gran cantidad de óvulos, que se pueden fertilizar in vitro. Y, por otra parte, el gran tamaño de los ovocitos y óvulos los hace adecuados para estudios de microinyección.

“Fue algo novedoso, porque generalmente uno tiene en la mente que los científicos trabajan con ratones. Pero saber que uno podía obtener miles de embriones a la vez, ver su formación y la división de las células, fue maravilloso. También, la parte de inmunofluorescencia, en microscopía, me llamó mucho la atención. Por eso, seguí el área de biología del desarrollo”. Cecilia Arriagada, investigadora de la USS.

Por otra parte, la científica comentó el mismo trabajo, pero con células de cultivo y con modelos de Zebrafish, donde, con un embrión transparente, uno puede ir viendo cómo se van formando los órganos. Pero, más adelante, pasó a hacer lo propio con ratones. “Cuando llegué a Estados Unidos, trabajaban el rol de la fibronectina en el desarrollo del corazón de los ratones. Y tenían unos ratones transgénicos donde les reducían fibronectina, específicamente en el mesodermo”, explicó a Rockstars.

Su trabajo en Chile

En la Universidad de Rogers, Cecilia Arriagada comenzó a analizar ratones y sus efectos en temas cardiacos, principalmente por la depresión de fibronectina en el mesodermo. “Eso causa que estas células progenitoras cardíacas sean mucho más circulares y tengan una transducción de señal diferente a las células normales. Pero, al hacer estos mismos experimentos en otros ratones, en otras líneas celulares, no veíamos esos efectos”, indicó.

Al llegar a Chile, la investigadora comenzó a ver qué pasaba con la hipoxia durante la formación de un tumor y cómo esta deficiencia de oxígeno podía afectar la glicosilación de las integrinas. “Pero no se sabe nada sobre qué pasa durante el desarrollo embrionario con la hipoxia y hay muchos sucesos que pueden causar esto, por ejemplo, el uso de drogas, tabaco, alcohol o vivir en altas altitudes (hipertensión) durante el embarazo”, explicó.

Por lo mismo, con esas interrogantes, Cecilia Arriagada trabaja en qué sucede con la hipoxia durante el desarrollo embrionario (en ratones). “Durante el primer semestre del año pasado, en mi laboratorio, estuvimos caracterizando el modelo y viendo dónde estaban localizados los transmisores cardíacos, cómo se veía el corazón y dónde estaban las proteínas que nos interesaban. Ahora hacemos ensayos de hipoxia y viendo los cambios que ocurren”, detalló.

Finalmente, Cecilia Arriagada indicó cuánto se sabe sobre la frecuencia de malformaciones congénitas en el corazón, justamente en poblaciones que viven en altitudes muy elevadas o en personas que hayan tenido factores de riesgo durante el embarazo. “Por ejemplo, según estudios, 8 de cada 1000 nacidos tienen estas enfermedades congénitas al corazón. Y, por vivir en altitudes, hay un 20% más de probabilidades de tener enfermedades cardiacas congénitas”, alertó.