Investigadores de la U. Autónoma analizan impacto del cambio climático y acción humana en playas
El cambio climático, las marejadas y los desastres de origen natural han generado un fuerte impacto en nuestras costas, en un proceso que además se ha visto acelerado debido a la intervención humana que fragmenta estos ecosistemas, impidiendo el ciclo de su recuperación.
Noticias preocupantes llegan desde la costa del país debido a un fenómeno que se ha venido marcando año a año pero que durante la presente época estival se ha manifestado con mayor fuerza. Diversos estudios han determinado que Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático, siendo la costa del país una de las áreas que podrían verse mayormente afectadas.
Dado lo anterior, y dado que actualmente se ha visto un incremento considerable de los eventos climáticos extremos a nivel mundial, el efecto sobre los patrones de oleaje y aumento del nivel medio del mar, han generado erosiones costeras considerables. Estudios a nivel global indica que cerca de un 70% de las playas retrocederán dado dichos procesos de erosión.
A escala local, los estudios a ah evidenciado que desde el año 2008 se registra un proceso erosivo en playas chilenas, el cual se ha visto acentuado a partir del año 2015, principalmente generando el aumento de los fenómenos de marejadas.
“Es interesante señalar que, dichos procesos se ven incrementados dada la acción humana, entre ellas la urbanización a lo largo de los ríos, lo que disminuye los aportes sedimentarios, urbanización en la línea costera que reduce los espacios de playa, y dado los por procesos naturales como los registrados en el 27 de febrero del 2010 donde el terremoto y tsunami del 2010 incrementó la línea costera en las áreas mayormente afectadas, pero dado al aumento de las marejadas estos espacios rápidamente han sido erosionados”, señala el Dr. Carlos Esse Herrera, director del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma de Chile.
Entre las zonas de playas que podrían verse más afectadas en el país el año 2017 el Ministerio de Medio Ambiente determinó rangos de erosión para 35 playas a nivel nacional. Las playas con mayor erosión son Hornitos, Algarrobo y Santo Domingo. Lo anterior, significa que un 8.7% de playas presentan erosión alta (con una tasa media de cambio de -2.3 m/año), seguido por un 73% en una categoría de erosión presente. Estudios recientes agregan a la lista las playas con alta erosión a Horcón, Los Molles, Pichilemu, Cartagena, Lebu, Matanzas, Tongoy y Puertecillos.
Entre los factores que indicen en este fenómeno y como afectan a los ecosistemas el investigador y coordinador de proyectos del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma, Rodrigo Santander Massa, explica que “este proceso es multifactorial, siendo una combinatoria del cambio de uso de suelo, relleno de humedales, ocupación de zonas de dunas, extracción de arena, procesos naturales como los terremotos y tsunamis, y estresores del cambio climático como el aumento de las marejadas. Todos derivados de la acción humana sobre los ecosistemas naturales. A nivel de ecosistemas costeros la erosión de playas puede significar efectos en las zonas estuarinas dada la intrusión salina en acuíferos y subida del nivel de la capa freática. Estos cambios impactan directamente a las comunidades de aves playeras, moluscos, algas y cadena trófica en general. Lo que impacta de forma directa a la sociedad y economía por la baja de productos e impactos a la infraestructura asociada a las actividades económicas humanas”.
Los académicos e investigadores de la Universidad Autónoma coinciden en los sistemas de playa son sistemas dinámicos que de forma natural sufren cambios. No obstante, la aceleración de estos procesos, dado los factores antes mencionados dificulta la gestión de estos espacios.
En este sentido destacan la iniciativa del observatorio de la Costa que está “impulsando una Ley que pone en énfasis el termino de zona costera reemplazando la actual definición de borde costero, esto amplia el área de gestión y planificación lo cual permitiría regular de mejor manera el litoral, apuntando a medidas de conservación efectivas y evitando la actual descoordinación de esfuerzos y la duplicidad de funciones entre organismos sectoriales con incidencia en el litoral”, indicó el Dr. Carlos Esse Herrera.
¿Cómo debemos prepararnos?
Dentro de las acciones e iniciativas que los investigadores de la Universidad Autónoma considerar importantes se encuentran:
La creación y consolidación de una estructura nacional y regional, para la implementación de la Política Nacional de Uso del Borde Costero.
El fortalecimiento de las visiones regionales sobre los usos preferentes de sus espacios costeros, materializados en propuestas de zonificación.
El reconocimiento a nivel nacional, regional y local de la Zonificación de Uso del Borde Costero como un instrumento de ordenamiento territorial validado en normativas legales.
La incorporación de consulta a las Comisiones Regionales en la decisión de otorgamiento de nuevas concesiones marítimas, como una acción participativa y de carácter consultivo.
La participación de las Comisiones Regionales en el proceso de solicitud de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios, de carácter resolutivo.
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