Hoy en día todo es verde. Para mucha gente este color representa frescura, armonía, salud, juventud, naturaleza y medioambiente. Y es por este último atributo que varias industrias del país están siendo cada vez más sustentables o siendo cada vez más “verdes”. Una interesante innovación está creando la academia junto a la empresa privada, conocida como “cemento verde”.

Paula Rojas, directora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, junto a académicos de la Universidad de Atacama y una empresa privada importante, están trabajando en la creación de un tipo de cemento, proveniente de los relaves mineros. En diálogo con Eduardo Fuentes, en Minería del Mañana, de TXS Plus, explicó la solución.

Hace muchos años, la industria y grupos de investigadores a nivel mundial, están tratando de encontrar un tratamiento a los desechos provenientes de la industria minera, conocidos como relaves mineros. Según datos estadísticos, en Chile existen 742 depósitos de relave, de los cuales 463 se encuentran inactivos y 173 están abandonados.

Cómo funciona

En la industria del cobre, para obtener este codiciado producto se debe procesar. Es decir, al extraerlo en las montañas, el cobre viene combinado con otros minerales o sustancias, tales como oxígeno, azufre, etc. Para desenlazarlo, se debe usar energía y pasar por una molienda para hacer más pequeños los trozos de piedra.

Luego, dependiendo de la especie, se va por la vía hidrometalurgia o pirometalurgia. Y en la hidrometalurgia, que cubre la extracción y recuperación de metales usando soluciones líquidas, acuosas y orgánicas, pasa a etapa de concentración. Y en cada etapa de este proceso se generan miles de residuos.

“Anteriormente, cuando había mejores leyes en los minerales, estos desechos se iban a los tranques de relave. Eso ya no ocurre en la actualidad. Por lo tanto, hay una barrera técnica ya que hay que trabajar con estos desechos. Y la segunda barrera es que estos deben tener un tamaño pequeño, para no incurrir en gastos de molienda. Hoy, estas barreras se están resolviendo con la creación de este nuevo producto”, comenta.

Tras la generación de estos desechos, la empresa minera, socia de este proyecto, le lleva los residuos a la Universidad de Atacama. Allí, se estudian, caracterizan y condicionan. “Tras eso, pasamos a la segunda etapa, donde entra la UAI y se desarrolla este cemento suplementario o cemento verde”, agrega.

Necesidad urgente

Siendo un país minero, es muy importante que las comunidades aledañas tengan un entorno limpio. En Santiago se conocen los frutos de la industria, pero es en las regiones donde deben convivir con todo lo que rodea a esta empresa. Y los desechos son impactos negativos para la zona. Por lo mismo, era un tema urgente de solucionar.

Paula Rojas señala que siempre cuando se trabaja en un nuevo material y este tiene toneladas de uso, se abre una oportunidad de mercado. Por lo mismo, desde hace un tiempo comenzaron a trabajar con la industria del hormigón y la construcción. “La industria del cemento siempre requiere mucho material. De igual forma, hay más materiales que sustituyen al cemento. El ‘cemento verde’ vendría siendo uno más”, explica la académica.

Rojas indica que están trabajando junto a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), donde se adjudicaron importantes fondos para este desarrollo. “Estamos gratamente sorprendidos porque obtuvimos el puntaje más alto de evaluación. Y el valor que nos otorgó ese número fue que teníamos una directora mujer. Eso, la ANID lo premia”, señala.

Finalmente, la académica de la UAI no reveló la empresa privada que está trabajando con ellos, ya que hay acuerdos de confidencialidad. Pero indicó que pronto habrá novedades. “Otra de las buenas noticias que tiene este proyecto es que hoy en día la industria del cemento emite cerca de un 8% en CO2. Además, el sector ocupa el clinker, material altamente contaminante con el que se construye el hormigón. Ahí es donde queremos estar para generar una disminución en las emisiones”, adelanta.