La Asociación Gremial de Generadoras de Chile agrupa a un universo diverso de las principales empresas de generación de energías renovables y otras tecnologías que operan en el mercado chileno. Además, lideran la construcción y desarrollo de proyectos renovables de tipo: solares, eólicos, hidráulicos, de almacenamiento y de hidrógeno verde. Camilo Charme, su gerente general desde 2023, detalla los planes y desafíos.

El ejecutivo, quien conversó con Hágase la Luz, es abogado de la Universidad Católica; y tiene un máster en Derecho Público en la Universitat Pompeu Fabra y un máster en Economía de Mercados Regulados de la Universitat de Barcelona. “En el gremio, representamos dos tercios de la potencia instalada renovable, lo que equivale al 58% de la generación de energía renovable. Por lo tanto, agrupamos el presente y futuro de la energía renovable y el almacenamiento en Chile”, señala.

Señala que las mismas empresas están con los proyectos renovables y ahora están con el tema del almacenamiento, donde, según comenta, se ha hecho un tremendo trabajo en los últimos años, donde se han dedicado a instalar nuevas infraestructuras de energía renovable, pero también se están retirando parques basados en carbón. “Lo que viene ahora es optimizar y mejorar las condiciones del sistema, es decir, las necesarias inversiones en almacenamiento”, indica.

Sobre el sello que quiere implantar, como gerente general, Camilo Charme sostiene que es representar legítimamente los intereses de la industria ante la autoridad, ya sea administrativamente o legislativamente. “Queremos aportar al debate y ser colaborativos, basados en nuestros estudios y en nuestros informes. Somos un grupo muy diverso, por ejemplo, empresas 100% renovables tenemos, compañías mixtas, firmas que aún trabajan con fósiles, empresas nacionales, extranjeras, públicas y privadas. Por lo tanto, tenemos un debate interno muy rico”, explica.

Hace pocas semanas, el ejecutivo envió un proyecto de ley de normalización tarifaria. Sobre si esa medida solucionará el problema de desajuste de tarifas y la deuda con los generadores, Charme explica: “La solución de congelar a un sector es muy dura, porque estás interviniendo a un sector industrial. Las empresas de generación han creído en la institucionalidad chilena y nuestro país, pese a tener una población pequeña, tiene una economía que crece -o crecía-. El mayor atributo es el respeto a los contratos y el respeto al sector privado”, sostiene.

Transición y ejemplo de Hidroaysén

Camilo Charme además se refiere al diagnóstico de la organización pública en el tema de la transición energética. Señala que hoy hay en Chile un sistema de instituciones bastante complejo, donde se interpretan administrativamente de forma distinta la reglamentación. “Por ejemplo, la CNE no puede interpretarla, pero la SEC sí lo hace; pero el que regula el órgano base es la CNE. Además, tenemos un panel de expertos muy desafiado, porque se le ha dado nuevas competencias a un mercado que sigue siendo integrado por cinco personas”, critica.

El gerente general se pregunta si es necesario tener una SEC separada de la CNE e indica el ejemplo de seguros y bancos, donde se tiene a un solo regulador del sistema, quien regula, fiscaliza y sanciona si es necesario. “Quizás sería bueno tener un gobierno, tal vez colegiado, en esta agencia reguladora que pueda hacer una experiencia de doctrina y, por lo tanto, dar señales de largo plazo”, agrega Charme.

“Necesitamos tener agencias robustas, con buenos profesionales, que se quieran proyectar. Por ejemplo, Australia es un buen ejemplo de regulaciones, ya que son reglamentos más móviles, donde se fijan objetivos estratégicos pero hay hitos de control. En Chile, no tenemos un buen sistema de accountability. La idea es decir cómo estuvo el plan estratégico, preguntarse si los objetivos estratégicos se cumplieron o no. Además, cuáles son los recursos que se necesitan, cómo se utilizaron esos recursos, etc. Ese debate, desde Generadores de Chile, sí lo queremos activar”.

Camilo Charme, gerente general.

Por otra parte, Camilo Charme participó en el fracasado proyecto de Hidroaysén, señalando que hubo problemas de comunicación y de coordinación claves. “Es un proyecto que tenía mucha mística, porque efectivamente era hacer algo nuevo desde cero con hidroelectricidad. En esa época, la hidroelectricidad tenía muchas componentes renovables para producir electricidad. No sólo fue un proyecto de ingeniería, sino que esto pasó a ser un proyecto de debate nacional”, explica.