Marco Soto habla del aporte de los liposomas para el tratamiento de enfermedades complejas

Los liposomas son vesículas esféricas compuestas por una membrana, con doble capa de fosfolípidos, que constan de partes hidrosolubles y liposolubles. En el campo de la medicina, se usan medicamentos que contienen estas sustancias, particularmente para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades. Marco Soto, investigador de la Universidad San Sebastián, detalla su uso en la industria de la salud.

Los medicamentos administrados con liposomas pueden causar menos efectos secundarios. De esta forma, el cuerpo absorbe el medicamento con más facilidad y permite que una cantidad mayor llegue al área donde se quiere enviar, como por ejemplo, a un tumor. El académico es bioquímico y se ha especializado en el diseño y estudio de nanovehículos -moléculas artificiales que encapsulan la medicina- para el transporte de medicamentos.

Marco Soto comenzó su estudio de los liposomas junto al profesor Patricio Sotomayor, quien, en el laboratorio, en la parte experimental, le enseñó a prepararlos y a incorporarle una sonda fluorescente para medir sus propiedades. “Ahí comencé a aprender y me empecé a enamorar de lo que estaba haciendo en el laboratorio. Empecé a manipular el láser y tenía una lámpara de mercurio”, comenta a Rockstars.

Sobre las preguntas que pudo contestar durante su estadía en el laboratorio, el académico encontró muchas técnicas para la fluorescencia, que es bien sutil y elegante, dependiendo del tipo de molécula. “Los liposomas son como una pelota de tenis que tienen una capa de fosfolípidos, que son los componentes más importantes de las membranas celulares. Y descubrí la diferencia entre la fluorescencia y la fosforescencia. La primera no la vemos, porque tiene tiempos de vida de nanosegundos. En cambio, la segunda, está en el tubo y la apreciamos como luz blanca, porque tiene tiempos de vida de milisegundos, segundos y hasta minutos”, explica.

Ayuda con enfermedades

Marco Soto es un bioquímico atípico, por trabaja e investiga más por el lado de la biofísica. En sus estudios posteriores, el académico entró al doctorado en Química o doctorado Ciencias con mención en Química en la U. Católica, donde tuvo que empaparse y hacer cursos de nivelación en física, química y mecánica cuántica. Tras un post doc en Estados Unidos, volvió a Chile a continuar sus trabajos con Patricio Sotomayor.

El bioquímico se ha especializado en el análisis de las propiedades de los liposomas, de estas partículas que pueden actuar de distintas maneras y cambiar la estructura de sus componentes. Pero hoy, los liposomas se usan en la industria farmacéutica para la salud de la piel, hasta en tratamientos complejos de enfermedades como el cáncer. “Los liposomas, en general, muestran una amplia acción y son bastante transversales”, detalla.

Marco Soto dice que son verdaderas vesículas, donde uno puede encapsular la parte central en el medio acuoso, por ejemplo, en moléculas hidrofílicas o pueden transportar moléculas hidrofóbicas. “Para llegar a comprender esto, primero hay que estudiar las propiedades físico-químicas o biofísicas del sistema. Y cómo estas pueden ser utilizadas en las ciencias biomédicas o en el transporte, por ejemplo, de antibacterianos. Si quieres usarlo, por ejemplo, como transportador de un anticancerígeno y probarlo en esas líneas celulares, lo que tiene que matar a la célula es el anticancerígeno y no el vehículo. Entonces, hay que buscar el mejor vehículo y que sea inocuo tanto para la célula normal como para la tumoral”, sentencia.