
“El sistema eléctrico chileno tiene puntos débiles que deben ser abordados con urgencia”
El pasado 25 de febrero una desconexión sufrida por la línea operada por ISA Interchile, según información entregada por el Coordinador Eléctrico Nacional, dejó a oscuras a todo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), es decir, quedó sin energía casi el 90% del país. Por lo mismo, los conductores de Hágase la Luz hablaron de las causas y consecuencias de este lamentable episodio.
“Se impuso una limitación en las transferencias desde Nueva Maitencillo a Nueva Pan de Azúcar, que hasta antes del apagón era de 2.210 MW y, ahora en la programación de la operación, se estableció en 1.000 MW. Básicamente, se redujeron las transferencias, y eso generó que la contribución de la generación termoeléctrica, durante estos días post blackout, hayan aumentado en la matriz”, explicó el consultor.
Para Daniel Salazar, Daniela González y Luigi Sciaccaluga, conductores del espacio, el nivel de vulnerabilidad del sistema evidenció la falta de seguridad de este. “El apagón podría haber sido un accidente. Pero si lo analizamos en perspectiva, lo más probable es que no haya sido un hecho aislado, sino una manifestación de fallas mucho más profundas en la infraestructura eléctrica”, indicaron.
Según comentaron, los sistemas eléctricos modernos, hoy en día, deberían estar diseñados para resistir fallas puntuales. “Entonces, si un transformador falla o si una línea de transmisión colapsa, debería haber un mecanismo de respaldo que permita que el servicio continúe, con interrupciones mínimas. Pero cuando un corte afecta a millones de personas de golpe, algo más está fallando”, añadieron.
Desafíos del sistema eléctrico
Para los profesionales, el apagón de febrero reveló que el sistema depende de una red altamente centralizada y vulnerable. “Un sistema eléctrico moderno debería tener múltiples capas de seguridad, con redes alternativas que tomen el control en caso de una falla mayor. Pero, en Chile, una falla en un punto crítico demuestra una falta de resiliencia en la infraestructura”, comentaron.
Además, coincidieron, en que deja en evidencia que la inversión en movilización ha sido insuficiente. Si bien el país ha avanzado en generación de energías renovables, los sistemas de transmisión y distribución no han seguido el mismo ritmo. “No basta con producir más energía limpia, si no tenemos cómo transportarla de manera segura y estable. Además, confirma que la gestión de crisis sigue siendo reactiva y no preventiva”, apuntaron.
Por otra parte, el apagón del martes pasado también reveló una crisis de liderazgo y coordinación. Los comentaristas sostuvieron que, en lugar de respuestas técnicas claras, lo que se vio fueron cruces de culpa, declaraciones vagas y un intento de diluir la responsabilidad. “El sistema electrónico chileno tiene puntos débiles, estructurales; que no han sido abordados con una urgencia necesaria”, puntualizaron.
Finalmente, los conductores del espacio confirmaron que, más allá de las declaraciones de indignación y las promesas de investigación, aun no hay señales de un cambio real en la manera que se gestiona el sistema eléctrico. Para ellos, la clave es gestionar, coordinar y comunicar mejor. “Por lo pronto, Chile necesita un centro de operaciones para emergencias eléctricas, donde todos los actores claves trabajen juntos, para gestionar alguna falla en tiempo real”, concluyeron.