Miguel Sánchez: “Debemos fortalecer la seguridad alimentaria y avanzar hacia una agricultura sostenible”

La edición genética de alimentos permite modificar el ADN de plantas -o animales- para mejorar sus características. Esta técnica, impulsada por herramientas como CRISPR-Cas9, busca desarrollar alimentos nutricionales, resistentes a enfermedades y elaborados en condiciones climáticas adversas. Miguel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, comentó este importante desarrollo que se realiza en el país.

Como se sabe, la biotecnología, en materia alimenticia, tiene una alta connotación en Chile y, además, detrás de Estados Unidos, nuestro país se ha consolidado, en segundo lugar, en materia de I+D en productos editados genéticamente. “Chile fue el segundo país en el mundo en implementar un enfoque regulatorio, para utilizar productos derivados de la edición genética en la agricultura y en la producción de alimentos”, comentó el experto a Rockstars.

Chile, por sus características, atrae a distintos actores a nivel mundial para venir a hacer investigación de campo. “Por ejemplo, en Estados Unidos han entrado hasta la fecha más de 100 productos editados. En Chile, han pasado 57 productos. Comparándonos con otros países, por ejemplo, Brasil cuenta con 16 productos, Colombia con 9 y China con 8. Tenemos un sistema regulatorio basado en ciencia, predecible, ágil, y que está preparado para recibir las nuevas innovaciones que se están desarrollando a nivel global”, agregó.

Contar con una regulación clara, añadió, se sabe qué se puede hacer y qué no se puede realizar, y eso estimula e incentiva la inversión y el desarrollo científico-tecnológico. “Somos un país que tiene muchas evaluaciones positivas, desde el punto de vista del sistema regulatorio. Pero también se ha estimulado el desarrollo de la ciencia local, porque hay iniciativas nacionales, con edición genética, para lograr plantas con mejores características”, ejemplificó.

Desafíos alimenticios

Miguel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, comentó que los principales desafíos del sector son muchos, pero uno de los más trascendentes es producir una cantidad de alimento suficiente para una población nacional que está en crecimiento. “Los suelos agrícolas, destinados para la producción de alimentos, han disminuido. Por ejemplo, en los últimos 50 años, la población chilena aumentó en 10 millones de habitantes”, indicó.

Otro de los desafíos es producir de manera más amigable con el medio ambiente. Y eso significa, por ejemplo, evitar la deforestación para hacer agricultura. “También, significa utilizar menos insumos, menos fertilizantes, menos plaguicidas y menos agua. Y, además, tenemos que resolver el problema de que, al menos, el 30% de lo que se intenta producir en el campo, se pierde. Y ahí es donde la tecnología puede contribuir significativamente”, comentó.

Otro de los puntos importantes, planteados por el experto en biotecnología, es que, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el 40% de los alimentos que compran las personas, se bota a la basura. ¿Y por qué? “Por nuestros hábitos de consumo. Por lo tanto, el gran desafío es fortalecer la seguridad alimentaria y avanzar hacia una agricultura sostenible”, aclaró.

Por último, Miguel Sánchez sostuvo que, en términos regulatorios, la biotecnología vegetal tradicional (alimentos transgénicos) demora mucho más en ser aceptada por la mayoría de los países, versus lo que ocurre con la inclusión de los productos editados. “La aprobación de un producto transgénico nos puede tomar prácticamente 10 años. Pero cuando hablamos de edición genética la regulación es distinta y, en promedio, su adopción puede llegar solamente a los tres años”, sentenció.