“La construcción de Vera Rubin garantiza que el flujo del viento no distorsione las imágenes”

El Observatorio Vera Rubin, ubicado en lo alto del Cerro Pachón, en la región de Coquimbo, es uno de los proyectos astronómicos más ambiciosos del mundo. Lleva el nombre de la famosa astrónoma estadounidense, pionera en el estudio de la rotación de galaxias, cuyas investigaciones fueron clave para confirmar la existencia de materia oscura en el universo.

El corazón del observatorio es el Simonyi Survey Telescope, un telescopio de 8,4 metros, que es capaz de escanear el cielo gracias a un sistema óptico de tres espejos, y la capacidad de moverse y estabilizarse en segundos. Junto con eso, cuenta con una cámara digital -la más grande jamás construida- de 3200 megapíxeles.

Juan Carlos Pozo, consultor de Arcadis Chile, fue el jefe de proyecto en el diseño y supervisión del centro astronómico, que permite generar más de 60 petabytes de datos. Con trabajos en minería y transporte público (Metro de Santiago), el ingeniero chileno contó su experiencia a Rockstars. “Partimos haciendo los análisis geológicos y geotécnicos en el Cerro Pachón, ya que en esa misma zona están los observatorios Gemini South y SOAR”, comentó.

Tras diseñar el corte del cerro y preocuparse de que las vibraciones no afectaran los sofisticados instrumentos, los ingenieros estadounidenses determinaron que Arcadis Chile, con Juan Carlos Pozo a la cabeza, hiciera toda la obra ingenieril. “Nos adjudicamos el proyecto, tuvimos que ir a reuniones a Estados Unidos y construimos tres edificios: uno para la montura, otro para la cámara; y, el tercero, para la oficina central, que ve la parte computacional y los equipos eléctricos”, añadió.

Hitos importantes

El proyecto Vera Rubin fue financiado por la National Science Foundation, pero ejecutado por ingenieros chilenos. La construcción partió en el año 2007 y los trabajamos culminaron 10 años después. “La cámara fue diseñada en la Universidad de Stanford, los espejos fueron construidos en la Universidad de Arizona y la cúpula la hicieron ingenieros italianos. Nosotros tuvimos que coordinar a estos equipos que estaban en distintas partes del mundo”, indicó Juan Carlos Pozo.

El consultor de Arcadis Chile señaló que Chile cuenta con una claridad absoluta en sus cielos, determinados por la evaporización que ocurre en el desierto más árido del mundo y, por otro lado, ayudado por la corriente Humboldt, al tener un océano frío. “El Vera Rubin es el único observatorio en el mundo que tiene una forma distinta, ya que garantiza que el flujo del viento no distorsione las imágenes”, afirmó.

Juan Carlos Pozo ve con emoción lo conseguido, ya que desde el observatorio se tiene una mirada cinematográfica del hemisferio sur de la Tierra. Por ejemplo, la cámara, que tiene la capacidad de un gran angular, es capaz de, cada tres noches, hacer un mapeo de todo el espacio visible. “Nos sentimos absolutamente partícipes de este moderno observatorio, donde vemos fotografías que sí podemos entender. La comunidad científica está absolutamente asombrada”, finalizó.