Cada vez los niños, niñas y adolescentes tienen mayor acceso a las pantallas interactivas. Pero, ¿cómo afecta esto a su salud? Carolina Pérez Stephens, máster en educación de Harvard University entregó pautas para comprender esta problemática junto a Pavel Castillo, gerente comercial Corpa.

Carolina Pérez establece una diferencia fundamental entre crear a través de las tecnologías y el consumir pantallas interactivas. No toda tecnología es mala para la salud, pero tampoco hay que creer que es inofensiva. La máster en educación de Harvard University explicó que “la tecnología es buenísima, gracias a ella podemos tener esta entrevista. La pregunta es qué tecnología, con qué fin y para qué edad”.

Según un estudio levantado por Corpa y la empresa de ciberseguridad Kaspersky, “la edad promedio en que los niños adquieren una tablet o un smartphone propio es entre los nueve y los 10 años en todos los países de Latinoamérica”, aseguró Pavel Castillo, gerente comercial Corpa.

Las redes sociales están diseñadas para generar un enganche y alargar los tiempos de atención de su audiencia. Su uso tiene un impacto directo en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. “Los psiquiatras hoy en día en Estados Unidos dicen que necesitamos diez años más de problemas psicológicos y psiquiátricos, malas notas, niños estresados y depresión, para que se den cuenta de que las redes sociales efectivamente hacen daño en el cerebro, y ahí se va a regular con leyes”, comentó Pérez. 

Además, la educadora detalló el efecto biológico que provocan los videojuegos en infantes y adolescentes, especialmente durante los primeros tres minutos de uso: “Se dilatan las pupilas, sube el nivel de presión arterial, sube el nivel de azúcar en la sangre, aumenta el ritmo cardíaco y hay una secreción anormal, un chorro de dopamina”

En el caso de un cerebro en desarrollo, que aún no genera la capacidad de autorregulación, las pantallas interactivas pueden provocar adicción y daño cognitivo. 

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