Conozca los detalles en materia de investigación acerca de los TOC en Chile
En la última edición de Rockstar, Gabriel León, entrevistó a Pablo Moya investigador del Centro de Neurociencia de Valparaíso quien analizó el desarrollo de la investigación científica en los Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC) en nuestro país.
Acerca de los grandes exponentes que ha arrojado nuestro país en materia de neurociencia como: Mario Luxoro, Cecilia Hidalgo o Ramón Latorre, el investigador señaló que en Europa o Estados Unidos es común que asocien a los chilenos con estos “verdaderos titanes que nos ofrecen los hombros para poder pararnos”.
Pablo Moya explicó que intentar comprender el comportamiento molecular siempre resulta atractivo en materia científica. “Existen algunos que se centran en una foto y así vamos construyendo trocitos de tela que nos entregan un patchwork. Sin embargo, el continuo no lo tenemos. Hemos avanzado muchísimo en dominios discretos, pero ahora el desafío es poder hacer una visión integradora”, añadió.
Agregó que es necesario desprendernos de algunos conceptos o metáforas que han sido utilizadas erróneamente como por ejemplo que el cerebro actúa como un computador “como si fuera un ente pasivo que está procesando información y emitiéndose”.
Moya estima que se ha avanzado bastante, sin embargo, aún queda mucho trabajo por delante acerca del repertorio de comportamiento.
Sobre su experiencia en EE. UU. donde trabajó en trastorno obsesivo compulsivo, indicó que llegó a un laboratorio multidisciplinario que lideraba el ensayo clínico más grande del país cuyos estudios eran bastante sólidos.
Reveló que: “una de las principales complicaciones que presenta el TOC es que alrededor del 50 o 60 % de los pacientes no responden a los tratamientos farmacológicos convencionales, entonces la tarea era ir en ayuda de esa gran cantidad de personas”.
Respecto a los estereotipos que ha generado Hollywood acerca de estas enfermedades, Moya, expresó que tienden a relativizar sus consecuencias. “Se banaliza las compulsiones que realizan los pacientes e impide comprender lo que significa la gravedad de una patología psiquiátrica crónica tan devastadora como lo es el trastorno obsesivo compulsivo”, remató.
Sostuvo que se han desarrollado estudios que explican que los pacientes con TOC tienen ejes bien claros sobre los cuales ocurren sus obsesiones y convulsiones.”Están el de la higiene que provoca obsesiones, por ejemplo, por la contaminación y por el lavado excesivo. Otro es el que tiene relación con la seguridad, es decir no querer causarles daños a las personas. Está el chequeo, o sea revisar en exceso las puertas o las llaves del gas. Tenemos rituales religiosos y otros por simetría que es la gente que ordena cosas”, ejemplificó.
El, también profesor del Instituto de Fisiología de la U. de Valparaíso, expresó que respecto a los mecanismos de resiliencia en la actualidad existen avances bastante promisorios. Aclaró que están trabajando en un proyecto con modelos de estresores crónicos que inducen depresión en animales y que alteran los niveles de glutamato en núcleos cerebrales involucrados en la motivación.
Finalmente explicó que pese a que no existe una cifra concreta de personas que padecen TOC en Chile, estima que están tratando a cerca de 600 mil pacientes.