Andrés Weintraub, investigador y académico, explica detalles de proyecto que busca predecir y prevenir incendios gracias a la IA
En el programa Ciencia del Futuro, Daniel Silva, conversó con Andrés Weintraub, Investigador del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico del Departamento de Ingeniería Industrial (DII) de la Universidad de Chile, quien habló sobre los avances de la tecnología, especialmente en temas de Inteligencia Artificial, Gemelos Digitales y el uso que se le puede dar a estas herramientas para solucionar problemas.
En este último tiempo una tecnología que ha ido acaparando todas las noticias es la Inteligencia Artificial, específicamente herramientas como Chat GPT, del cual cada día se descubren más funciones, lo que es un indicador de lo rápido que avanza la tecnología y lo imposible que es predecir qué pasará con estas durante los próximos años.
“Si tú me dices qué piensas que va a pasar en los próximos tres meses, yo más o menos te puedo contestar, el año 2030 no sé, y no creo que nadie sepa, por la velocidad a la que están pasando las cosas. Unos pueden pensar que va a tener mucho efecto en la medicina, va a ser un tremendo apoyo a los médicos, en distintos campos, pero pensar en el 2030 a la velocidad que van las cosas, yo no me atrevo”, dijo Andrés Weintraub.
Sobre estos avances de la tecnología y las herramientas que entregan para poder solucionar diferentes problemas, es que Andrés Weintraub explica uno de los proyectos en los que está trabajando y que tiene que ver con la prevención de incendios, algo que durante los últimos años ha afectado a diversas localidades del país, especialmente durante los meses de verano. “Con machine learning, que es una de estas técnicas de Inteligencia Artificial, nosotros podemos predecir en base a las igniciones anteriores, las probabilidades de dónde van a partir los próximos, que típicamente están cerca de caminos o ciudades”, añadió.
Para poder llegar a estos resultados, Andrés Weintraub explica que el proceso de trabajo consistió en tomar mil incendios, de estos sobre la base de 700 fueron entrenando el modelo, reduciendo las diferentes razones por las cuales se puede iniciar un incendio y enfocándose en las más importantes, y finalmente con las otras 300 restantes, comprobar si el modelo realizado era bueno o no. “Nos da una conformidad de tipo 90%, le apuntamos bastante bien, y esas son herramientas que hace 10 años no existían”.
Otra de las variables que han debido considerar para el modelo es el cambio climático, ya que produce temperaturas que antes eran anormales en la zona sur del país, por ejemplo: “los 40 grados o más se van a volver a repetir, así que nos espera en el futuro cada vez más incendios forestales, por esta subida de temperatura que justo agarra el margen en que crecen exponencialmente los incendios. Hay tres factores típicamente, la temperatura, la sequedad y los vientos”.
Otro de los modelos en los que se está trabajando es de simulación, para saber qué curso tomarán los incendios, lo cual depende de la topografía y vegetación del lugar. “Nosotros con ese modelo de simulación corremos miles de simulaciones, con distintos climas a futuro, y vemos cuáles son las zonas más se van a quemar. Si corremos por ejemplo mil simulaciones y hay una de estas celdas que el fuego pasó por ahí 700 veces, preocúpate”.
Sobre la base de este segundo modelo nace un tercero que es para tomar decisiones, a través de un modelo matemático de investigación de operaciones y de reinforcement learning, “una técnica de Inteligencia Artificial y decimos oye, si quieres proteger esta población tienes que poner cortafuegos, no necesariamente donde está la ciudad, puede ser mucho más adentro en el bosque, el mismo modelo te explica dónde se va a ir el fuego”, relata Andrés Weintraub.
Idealmente estos modelos no solamente deben quedar en lo académico, sino que también ser implementados para su uso, sobre esto Andrés Weintraub menciona que están trabajando con CONAF. “Estamos trabajando con ellos en un proyecto financiado por Europa que es súper interesante. Estamos en un proyecto con mucho financiamiento, con 30 instituciones europeas, entre universidades, institutos y consultoras, y ellos eligieron un único país para trabajar fuera de Europa, que es Chile”, por lo que idealmente este proyecto se debería implementar en un plazo de dos años en el país.