Doctora de la USS trabaja en la capacidad de adaptación de células sometidas a estrés
La literatura nos indica que el estrés es la forma en que el cerebro y el cuerpo responden a un desafío o exigencia. Cuando el ser humano pasa por esta situación de cambio, el cuerpo libera sustancias llamadas hormonas, las que ponen la señal de alerta y lo disponen a actuar. María Soledad Matus, doctora de la Universidad San Sebastián, USS, se refiere a esta señal celular.
Pronta a volver a Chile, Matus se encuentra en la ciudad de California, Estados Unidos, trabajando en desarrollos de modelos a respuestas de estrés. Su trabajo se refiere a las condiciones de las células, especialmente en temas neurodegenerativas. En conversación con Gabriel León, del programa Rockstars, de TXS Plus, da a conocer este plan.
“El estrés es una sensación de agobio. En términos biológicos, la definición del evento se puede calificar como perturbador. Y la naturaleza de ese estrés es diversa, ya que puede ser por falta de nutrientes, cambios en la temperatura, largas horas de ayuna, etc. Se conceptualiza cuando las condiciones de una célula que está trabajando en forma normal cambian”, explica la doctora.
En un episodio de estrés, las células deben adaptarse a la nueva condición. Y, según comenta María Soledad Matus, “ocurre un fenómeno muy sabio en ellas”, en el caso que estas unidades anatómicas sean infectadas por un virus. “Primero, las células captan esa condición, a través de proteínas, que son los radares biológicos. Tras ser detectada, se hace una pausa biológica, que es la inhibición de la síntesis proteica. Las células detienes su metabolismo. Por lo tanto, hacen el diagnóstico y se adaptan. Buscan como sea sobrevivir a la nueva condición”, comenta.
Células en la realidad
Por muchos años, los científicos analizaron las células en los laboratorios, con las mejores condiciones. Pero hoy en día, los investigadores están observándolas en ambientes naturales de la vida. Con la realidad hostil de la naturaleza, cambiándoles las condiciones.
Y la doctora de la USS señala hacerse muchos cuestionamientos respecto a aquello. “Tras un episodio de estrés, buscamos cambios en las condiciones. Pensamos en la sobrevida celular. Queremos saber qué pasa con el sistema. Cómo son capaces de sobrevivir. Saber quién es el encargado de las tareas. Hoy en día hay técnicas o nuevas herramientas genéticas para conocer los responsables de los efectos”, manifiesta
Las células, como todo en la naturaleza, tiene procesos evolutivos. Su adaptación a las nuevas condiciones es fundamental. Por ejemplo, en el caso de las enfermedades neurodegenerativas, donde las neuronas comienzan a morir, los investigadores están trabajando en los cambios en la fisiología de los organismos. Cómo lidian con aquellos episodios de cambios.
“Las células neuronales tratan de adaptarse, de generar su propio escenario para sobrevivir. Pero una posibilidad de adaptación también puede ser la muerte. Así, reducen el daño. Pero nos hemos llevado grandes sorpresas al saber cómo se adaptan las neuronas. Por ejemplo, cuando uno le pregunta a una neurona para qué sirve esta vía de señalización. Y esa vía es esencial para producir memoria. Por lo tanto, la sinapsis debe ser más poderosa para organizarse y rearmar sus circuitos”, explica Matus.
Desafíos a corto plazo
María Soledad Matus, investigadora además del Centro Ciencia y Vida, está trabajando en Estados Unidos en los modelos degenerativos de las células neuronales. Por ejemplo, en el caso de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que es la enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas.
“Vemos la muerte de las motoneuronas que controlan los movimientos voluntarios. Saber qué es lo que está más alterado. Es precisamente conocer la vía de adaptación activada. Son neuronas sometidas a condiciones de estrés. Por lo tanto, le estamos dando un empujoncito a la adaptación, haciendo neuronas más resistentes a nivel farmacológico”, señala.
Otra de las investigaciones está enfocada al envejecimiento, que se explica principalmente por la pérdida de la capacidad adaptativa de las neuronas. Otro proyecto busca dar respuesta a cómo se involucra en la sinapsis del Alzheimer. “No sabemos todas las respuestas. Estamos tratando de entender cómo funciona este sistema, que tiene que ver con la activación de los radares”, sostiene Matus, quien adelanta que muchas de esas respuestas deberían estar prontamente resueltas, por los años que llevan de estudio y porque hay muchos ojos mirando estas vías, con sentido terapéutico.