Santiago Prat: “Tenemos que ponernos al día en temas de innovación, transferencia y patente”

El Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) es una entidad científico tecnológica, dedicada a la investigación de la astronomía y sus tecnologías afines. Está financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), y está compuesto por la Universidad de Chile, la Universidad Católica, la Universidad de Concepción, la Universidad Diego Portales y la Universidad Andrés Bello. Santiago Prat, encargado de transferencia tecnológica del centro, detalla parte de su gestión.

Tras una interesante conversación con Varinka Farren, en #MadeINNChile, de TXS Plus, el abogado, quien además posee un Magíster en derecho de la Universidad Católica de Valparaíso; explica el concepto de transferencia tecnológica (TT desde ahora), cuenta sobre el presente y futuro del CATA, hace un llamado a los investigadores de hoy y también se refiere a la necesidad de tener una Ley de TT en Chile.

“La TT es un proceso que busca conectar dos mundos: la academia con la sociedad. Y con la academia, me refiero a la ciencia, los investigadores en todos los campos, por ejemplo, de biomedicina, ingeniería, astrofísica, fenómenos naturales, etc. Ahí se hacen las conexiones con la industria, donde se generan productos de bien público, de soluciones a problemas e incluso de desafíos en procesos y productos”, explica Santiago Prat.

Tras esa unión entre el mundo de la academia con la sociedad en general, entran los gestores tecnológicos. La TT es un oficio que aborda distintas profesiones, entre ellas, las que vienen del mundo jurídico. La propiedad intelectual es uno de los pilares de la TT, así como también lo es la ciencia y el mundo de los negocios. “Por eso las personas que nos dedicamos a la innovación nos hemos ido expandiendo y ablandando en el proceso. Vamos adquiriendo un poco de todo: científicos que hablan de negocios o temas jurídicos; o abogados que hablamos, un poco, el lenguaje científico”, añade el gestor.

Actualidad del CATA

El CATA tiene una larga y rica historia en el mundo de la astrofísica, la astronomía y las tecnologías afines en Chile. Hoy en día, se encuentra finalizando su segundo año de financiamiento como centro basal. Y tiene por objeto aplicar y transferir los resultados de sus investigaciones. Pero también, aplicar más tecnología a sus procesos.

“Suena un poco loco aplicar nuevas tecnologías a personas que estudian el cosmos, las galaxias, los planetas o los meteoritos. Uno se pregunta, de qué forma lo vamos a hacer. Pero hay que recordar que hay laboratorios de instrumentación astronómica que resuelven desafíos permanentemente y que la observación se hace con imágenes y datos. Por lo mismo, por ejemplo, requiere desarrollo de sensores y mejoras en temas de simulaciones”, explica Prat.

El abogado comenta que Chile cuenta con una capacidad de liderazgo en materia de observación y de capacidad instalada. Ningún cambio natural afectará la limpieza de los cielos. Por lo tanto nuestro país seguirá siendo líder en temas de observación y de astrofísica a nivel mundial. “Eso debe plasmarse en que estas capacidades, que son de primer nivel, sean traducidas en otras industrias. Ese es el desafío que tienen los astrónomos y astrofísicos de nuestro país. Como país y como región tenemos que ponernos al día en ciertos indicadores de innovación, transferencia y patente”, resalta.

Y bajo esa última explicación agrega: “Si tenemos líneas de investigación ligadas a la astronomía, a galaxias, a agujeros negros, astrofísica teórica, exoplanetas, astrobiología, formación de estrellas, etc.; también tenemos una línea de instrumentación y laboratorios instalados. Por ejemplo, si contamos con un taller mecánico, de precisión micrométrica, único en el país, tenemos la capacidad instalada de poder hacer esos censores en Chile. Y esa capacidad, el CATA quiere ponerla a disposición de otros centros y universidades. Estamos hablando que tenemos súper computadores de 1.000 núcleos de capacidad. De otra escala”.

Gama de capacidades

Santiago Prat señala, como encargado de TT del CATA, que están trabajando para poner a disposición de la sociedad civil, universidades e industrias, las capacidades con las que cuentan. Si bien, el centro cuenta con una larga historia de investigación, en estos momentos están en un proceso de levantamiento de tecnologías.

“Por ejemplo, en radares, tenemos tecnología para medir cuánta cantidad de materiales hay en un silo o para medir humedad, con censores que son prácticamente automáticos. O poder generar sistemas de detección de celulares, a través de radios. Para eso, contamos con una estaca que mide distintas variables que se pueden insertar en las faenas o en ciertos tipos de suelo. Tenemos algunas tecnologías que esperamos poner a disposición prontamente”, comenta.

El CATA tiene ocho tiene líneas de investigación y hay más de 60 investigadores. Además, si se suman alumnos de doctorados o post doctorados, la cantidad de asociados llega a las 200 personas. Esperan tener una línea de base para indicar las capacidades disponibles, contar las tecnologías que tienen más o menos desarrolladas, pero también poner a disposición los laboratorios que hay en todo Chile.

Ejemplo exitoso

Santiago Prat cuenta que se desarrolló el primer encuentro de transferencia tecnológica, que contó con la participación de destacados investigadores y alumnos en general. Y uno de los invitados fue el profesor Miguel Maldonado, quien desarrolló una tecnología que se ocupa con éxito en la industria minera, llamada USensing.

USensing hoy es una empresa de base científica tecnológica, creada por académicos del Departamento de Metalurgia de la Universidad de Santiago, que permite controlar los procesos de flotación de la industria minera por medio de sensores sumergibles. Estos proporcionan información en tiempo real sobre las variables hidrodinámicas en la zona de colección de una máquina de flotación.

“Al encuentro invitamos al profesor Miguel Maldonado, porque queríamos a alguien que viniera de la academia, que además fuera investigador, y que haya tenido la experiencia de generar una tecnología, codesarrollarla con la industria y luego transferirla, como fue lo que pasó con USensing. Conversamos con él sobre lo necesario para hacer innovación y transferencia, y orientar la cultura de innovación en todos los actores del centro”, explica.

A raíz de esta exitosa innovación, Prat señala que sirve como ejemplo para que los investigadores piensen en aplicaciones que puedan aportar a los problemas que tenemos como sociedad. “Sabemos cuáles son los desafíos como país y sabemos cuánto contribuye la innovación y la transferencia tecnológica a tener una mejor calidad de vida para todos. Los países más desarrollados del mundo hicieron esos cambios radicales. Ese es el camino que Chile debe tomar. Necesitamos una senda para tener un desarrollo sustentado en ciencia y tecnología”, anhela.

Finalmente, el abogado se refiere a la necesidad de que en Chile existe una ley de transferencia tecnológica. Señala que los países que han implementado esta ley, en general, han generado un cambio cultural, una alineación del país y sus actores hacia la innovación. “A veces las leyes no llegan como una respuesta, sino que son el factor que activa ciertos procesos. Lo que buscamos, a través de este diagnóstico, es identificar ciertas brechas para los procesos de TT e innovación. Este nuevo cuerpo legal debe ayudar a una política nacional, de largo plazo, que genere financiamiento basal para un montón de cuestiones que el país necesita con urgencia”, puntualiza Santiago Prat.