ChileBIO es una asociación dedicada a informar y educar sobre biotecnología agrícola, respaldada por estudios científicos, contribuyendo así a su comprensión y estimulando su desarrollo. Además, la entidad propone llegar a distintos públicos, tales como profesionales, docentes y medios de comunicación. Miguel Ángel Sánchez, su director ejecutivo, explica en particular el presente de los cultivos transgénicos.

Hoy en día la agricultura -en su globalidad- tiene enormes desafíos, vinculados a la crisis climática, la crisis hídrica, el desplazamiento de los patógenos, el aumento de la población y a la seguridad alimenticia, entre otras temáticas. Por lo mismo, la ciencia y la tecnología han comenzado a ayudar, con algunos cuestionamientos, a acelerar la obtención de cultivos más adecuados para enfrentar estas problemáticas.

Por esta razón, Miguel Ángel Sánchez está dedicado a informar y educar sobre biotecnología agrícola. “Hace 15 años atrás era muy agresiva la discusión sobre los cultivos transgénicos, que era la principal tecnología para el mejoramiento genético de los productos. Sin embargo, en los últimos años han aparecido nuevas herramientas biotecnológicas que han permitido ‘suavizar’ esta discusión”, señala a Rockstars.

El director ejecutivo de ChileBIO agrega que hay muchos países que están avanzando en ambas tecnologías, es decir, transgénicos como las nuevas técnicas biotecnológicas para el mejoramiento genético. “Hay cosas fundamentales como fortalecer la seguridad alimentaria, para que haya alimento suficiente, accesible y nutritivo para todos. Además, estas tecnologías nos permitan adaptarnos a los desafíos climáticos y, a su vez, nos permitan proteger la biodiversidad”, explica.

Chile, país de I+D en transgénicos

Miguel Ángel Sánchez señala que hace 15 o 20 años uno de los principales argumentos que se escuchaban para ir en contra de los transgénicos, era que los desarrolladores de esta tecnología eran grandes empresas transnacionales. “Hoy en día, las nuevas técnicas biotecnológicas están democratizando la ciencia, porque son tecnologías baratas de utilizar, es decir, accesibles”, explica.

El director ejecutivo de ChileBIO destaca que los Estados se han ido dando cuenta de que deben invertir y desarrollar sus propios productos, con sus propias tecnologías. Por ejemplo, señala, en Argentina, se avanzó en el desarrollo de un trigo transgénico, tolerante a la sequía. Por su parte, en Brasil, se desarrolló una variedad de poroto transgénico, resistente a una enfermedad viral que causaba el 100% de pérdidas. “Además, en Bolivia, se va a invertir en biotecnología y transgénicos para desarrollar sus propios cultivos y así fortalecer la seguridad alimentaria”, explica.

En Chile, por su parte, el 99% de todos los transgénicos que están disponibles corresponden a cuatro cultivos: maíz, soya, algodón y canola. Y esos cultivos, explica Sánchez, han sido desarrollados principalmente para resistir el ataque de insectos plásticos y para tolerar la presencia de ciertos herbicidas. “Chile es líder en producción de semillas transgénicas para exportación. Además, somos líderes también en investigación para desarrollar variedades transgénicas. Por vacíos legales no podemos producir ni hacer que los productos se queden acá”, relata.

Miguel Ángel Sánchez señala que en Chile hubo un aumento en las exportaciones de semillas biotecnológicas hacia el hemisferio norte, ya que nuestro país hace producciones a pedido. Por ejemplo, explica el director ejecutivo de ChileBIO, en la temporada 2013-2014, Chile exportó cerca de 350 millones de dólares en semillas biotecnológicas.

Finalmente, el experto indica además que nuestro país que ese trabajo representa aproximadamente 26 millones de dólares en servicios de investigación y desarrollo. “El 100% de los cultivos transgénicos de maíz, soya y canola, que se comercializan en el mundo, han pasado por Chile en sus procesos de I+D o en sus procesos de multiplicación. Y somos relevantes por clima, geografía, características tecnológicas y capacidades para llevar a cabo estos procesos”, enfatiza.