La basura espacial: Una problemática ambiental
Cohetes gastados, pernos perdidos y astillas de pintura, escoria de motores de cohetes sólidos, satélites muertos. La basura espacial colma la órbita terrestre baja y aún no hay una solución definitiva para esta problemática.
Donald Kessler, científico senior jubilado de la NASA, predijo la posibilidad de este escenario en 1970: La cantidad de basura espacial sería tan alta que los objetos en órbita serían impactados por esta, generando aún más basura.
Este escenario ha dado lugar a una gran cantidad de posibles soluciones para eliminar los escombros. La misión End-of-Life Services by Astroscale Demonstration (ELSA-d), recién lanzada el 22 de marzo a través de un cohete Soyuz ruso, es un nuevo intento para eliminar los desechos orbitales.
Aunque ELSA-d y otras demostraciones tecnológicas de este tipo son desarrollos positivos para la limpieza de desechos orbitales, no están a la altura de abordar el dilema dinámico que nos ocupa, y la proliferación de basura espacial continúa esencialmente sin cesar.
Según Moriba Jah, un experto en desechos orbitales de la Universidad de Texas, las naciones espaciales deben estar de acuerdo en que el espacio cercano a la Tierra es un ecosistema como la tierra, el aire y el océano. “No es infinito, por eso necesitamos protección ambiental”, comentó a la revista Scientific American.
Jah tiene en mente métricas de sostenibilidad a las que llama “huella de tráfico espacial”. Asegura que se necesita una forma de cuantificar en qué punto una “carretera orbital” se satura, para luego asignar una recompensa por los objetos recuperados, creando un mercado en el que “las tecnologías de eliminación de objetos espaciales puedan prosperar”.
También se necesita un esquema de clasificación de los objetos en el espacio que ayude a determinar qué tipos de tecnologías se requieren para eliminar los escombros orbitales.
Por desgracia, dice Jah, los responsables de la formulación de políticas siguen siendo lentos en sus reacciones al problema. Después de todo, aunque eventos como la colisión Cosmos-Iridium de 2009 generan cantidades masivas de escombros, todavía son bastante raros, por ahora.
Lee el artículo original en: “La eliminación de basura espacial no avanza sin problemas” del periodista Leonard David.