En un nuevo capítulo del programa Rockstars, Gabriel León, conversó con Daniela González, directora ejecutiva de la Fundación Cielos de Chile; quien se refirió a las enormes ventajas que tiene el territorio nacional para la instalación de observatorios y al desarrollo de esta actividad en nuestros cielos.

Daniela González explicó que Chile tiene una serie de características que hace que países como Estados Unidos, Francia o Japón se interesen en instalar este tipo de proyectos. “Chile presenta condiciones extraordinarias respecto a su posición geográfica. Por un lado, tenemos la Corriente de Humboldt que arrastra agua fría desde el ártico y esto hace que tengamos un menor componente de humedad atmosférica y por otro lado tenemos la cordillera de Los Andes que actúa como un biombo natural de las influencias climáticas que vendrían del resto de los países”, aclaró.

A esto, debemos sumar -dijo González- la condición desértica del norte de Chile, lo que asegura más de 300 noches al año de cielos completamente despejados con poca humedad y pocas partículas de suspensión en el aire que evita la interferencia en la observación.

“Chile es la ventana y los ojos hacia el universo. Las cifras son bien contundentes al respecto; ya que actualmente Chile concentra alrededor del 50 por ciento. Estamos hablando de la mitad de la capacidad astronómica mundial y esperamos que hacia al final de la década con los proyectos que se construyen, abarcar casi el 70 por ciento”, agregó la experta.

Daniela González es geógrafa, Doctora en arquitectura y estudios urbanos con experiencia en el área de sustentabilidad y desarrollo de nuevos proyectos para instituciones públicas y de investigación. Es experta en relevamiento de información estratégica, gobernanza, gestión del riesgo de desastres y recursos naturales. También ha sido gerenta de gestión estratégica, producción y desarrollo del Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), entre otros importantes cargos.

En la Fundación Cielos de Chile, se definen como una institución privada y sin fines de lucro, cuyo fin esencial es proteger la calidad de los cielos nocturnos de Chile, un patrimonio medioambiental, cultural y científico único a nivel mundial; que está siendo sometido a un progresivo deterioro debido al exceso de iluminación artificial.

Se conforma de un equipo multidisciplinario con el que desarrollan proyectos de preservación y control de la calidad del cielo, promoviendo conductas de iluminación sustentable, difunden el valor del cielo para la ciencia, la cultura y apoyan iniciativas que involucren al cielo como forma de esparcimiento y educación.

Fue creada el año 2019, pero la labor que desempeñan tiene larga data, la que comienza a mediados de la década de 1990 con los primeros esfuerzos de astrónomos profesionales en Chile, particularmente del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, para proteger los cielos nocturnos. El año 2000, se crea la Oficina de Protección del Cielo del Norte de Chile (OPCC).