En esta nueva edición de Rockstars, el conductor Gabriel León compartió junto a Mónica Bravo-Sanzana, Directora del Observatorio en Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar de la Universidad de la Frontera, quien entregó detalles sobre un informe que demuestra un alza sostenida en los casos de violencia escolar desde 2019 a la fecha, esto a pesar de las políticas públicas existentes para combatir este tipo de problemática.

Durante los últimos años han sido reiterados los casos en noticias y redes sociales sobre violencia escolar, sobre esto es que desde el Observatorio en Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar realizaron un informe sobre la base de datos secundarios de las denuncias realizadas en la Superintendencia de Educación. “Dentro de lo que se puede, sí podemos decir que desde el 2019 y 2022, no se contabiliza 2020 y 2021 por problema de un contexto de pandemia, en el cual toda la literatura indicó, no solamente en Chile, sino que, en todo el mundo, que las denuncias bajaron porque estábamos en un contexto de confinamiento. Pero desde 2022 tenemos los registros, y la verdad es que esto es un alza sostenida en el tiempo que todavía no podemos indicar que sea un alza significativa, porque estamos hablando de 2019 y 2022”, explica Mónica Bravo-Sanzana, sin embargo, comparando estos resultados a través de las décadas se puede identificar un alza.

Si bien a raíz de la pandemia y los dos años de confinamiento se produjo un alza en los casos de violencia durante el regreso a clases, Mónica Bravo-Sanzana explica que esta situación puede ser una oportunidad para poder trabajar en intentar cambiar la realidad. “Desde el año pasado la política educativa tuvo una acción importante, que fue hacer el piloto de un programa de convivencia escolar en crisis, que por primera vez a nivel nacional se hizo una alianza estratégica entre el Ministerio, el Ministerio presente en regiones a través de las Secretarías Ministeriales y las universidades”, programa que tuvo una recepción positiva y que continúa con una convocatoria abierta para todas las universidades que quieran ser parte para que este programa continué existiendo.

Para poder mejorar estos índices y que disminuyan los niveles de violencia escolar no solamente se necesita trabajo desde la academia, también es necesario entregar herramientas a los adultos de las escuelas, especialmente en materia de convivencia. Sumado a esto, se debe reforzar la educación que cada familia debe entregar, y de esta forma mejorar el ambiente escolar. “Aun así, pensando en la situación que tenemos de un sistema educacional muy segregado, una sociedad muy segregada, con mucha carencia desde las familias, la escuela también tiene un rol a través de escuelas para padres, que es lo que han hecho los países desarrollados, porque nada va a cambiar si trabajo con un solo actor”, explica Mónica Bravo-Sanzana, destacando que la solución necesita un trabajo multidisciplinario de diferentes actores de la sociedad.

Este trabajo es necesario especialmente teniendo en cuenta que los casos, tipos y formatos de violencia se complejizan a través del tiempo. Ejemplo de esto es la violencia cibernética que existe, “estas funas que hoy día se las hacemos a todos, a cualquiera, con la mínima información. Es más, hoy día basta que nos caiga mal alguien y podemos coordinarnos muy bien para funar a una persona, y como no existe ningún aparto legal que diga usted hizo todo este daño, como no hay nada que responsabilice a las personas, ni siquiera una disculpa de por medio”.

Finalmente, Mónica Bravo-Sanzana explica que con esta información y entendiendo el panorama actual, el siguiente paso es trabajar en políticas públicas que sean sustentables en el tiempo, no solamente focalizadas, sino que transversales y trabajar con diferentes actores. “Tiene que ser un compromiso real, los primeros, y aquí el desafío de directores y equipos directivos, los primeros son ustedes, ustedes son los líderes”.