Decano UCN y producción de baterías de litio: “Tenemos que aliarnos con las empresas”
En abril de este año se lanzó la Estrategia Nacional del Litio, un conjunto de medidas que buscan incorporar capital, tecnología, sostenibilidad y agregar valor al sector productivo en armonía con las comunidades. Dentro de las acciones se contemplan: iniciar diálogos y participación con los actores, crear la Empresa Nacional del Litio, crear una Red de Salares Protegidos, crear un Instituto Tecnológico, incorporar al Estado en la actividad del Salar de Atacama y ver la prospección en otros salares.
Hoy en día, aparte de esas medidas, en las universidades nacionales ya se están trabajando en diversos proyectos que tiene que ver con este mineral. Es el caso de la Universidad Católica del Norte, en Antofagasta, donde se creó el Centro Lithium I+D+i, a cargo del profesor Hernán Cáceres, quien además es decano de la Facultad de Ingeniería de Ciencias Geológicas de la misma entidad académica.
En conversación con Gabriel León, del programa Rockstars, de TXS Plus, el ingeniero industrial detalla los planes de corto, mediano y largo plazo en la producción y comercialización de baterías de litio, creadas ya por el Centro, con apoyo de la Universidad y de empresas privadas. “Nuestra universidad constantemente está haciendo una vinculación con el sector industrial. Por ejemplo, firmamos un convenio con SQM para poder generar un polo de I+D, en torno a la cadena de valor de las baterías de litio”, explica.
El decano de la UCN busca que, en la ciudad de Antofagasta, de donde es oriundo, se genere un ecosistema local para poder desarrollar las potencialidades industrias que poseen, esto es, desarrollo del litio, trabajo de la minería, la energía fotovoltaica, el tema eólico y también el avance del hidrogeno verde. “Falta infraestructura habilitante y la generación de un ecosistema de innovación local en nuestra región”, señala Hernán Cáceres.
Creación de baterías de litio
La ciudad de Antofagasta ha cambiado en los últimos años. Si bien ha crecido y se ha modernizado, queda mucho trabajo aún para que su desarrollo y mejoramiento de la calidad de visa, esté acorde a la gran cantidad de industrias importantes que operan en la zona y entregan importante aporte al PIB nacional.
Y ese es uno de los anhelos de Hernán Cáceres, quien entró en 2010 a trabajar a la UCN ayudando al proceso de acreditación de la entidad académica. “Durante ese proceso aprendí el rol de una universidad dentro de una la sociedad. Aparte de formar profesionales, en la Universidad también se entregan valores y se hacen transformaciones culturales. Hay cambios desde lo científico a lo valórico y desde lo tecnológico a lo artístico”, comenta.
Sobre cómo llegaron a trabajar en baterías de litio, Cáceres comenta que este trabajo es impulsado por una donación de privados, hecho que les permitió tener la libertad de usar esos recursos en la generación de nuevas capacidades para la universidad. “La donación partió en 2022 y nos hemos dedicado a estudiar cómo estaba el mercado chileno del litio, cómo estaba el mercado mundial, saber quiénes son los asesores o con quiénes podemos asociarnos. Con eso, pudimos articular, definir y tomar algunos lineamientos estratégicos y constituir este año el Centro Lithium I+D+i”, destaca.
Áreas de interés
El Centro tiene cuatro áreas de investigación: nuevos materiales y celdas de baterías, aplicaciones de sistemas electrónicos (usos), procesos de reciclaje sustentable, y modelamiento y análisis del entorno, donde buscan entender la cadena de suministro y la economía de las baterías de litio. Esto último se refiere a los aspectos socioambientales que tiene la industria para poder movilizar a la política pública.
“Hace unas semanas, el grupo de investigadores logramos hacer, dentro de la UCN, nuestras primeras baterías de litio. Sabemos que esta tecnología existe y que se hace en otros lugares. Pero hoy podemos decir que tenemos las capacidades de equipamiento y de capital humano avanzado, para poder hacer experimentos en torno a la creación de estas baterías”, resalta Cáceres.
El decano de la UCN explica que las baterías de litio tienen una vida corta. Por ejemplo, la de los teléfonos celulares se degradan rápido; y la de los autos eléctricos, duran alrededor de 10 a 12 años. “Hoy en día lo que buscamos es recuperar materiales, porque no sólo buscamos reciclar litio, sino que también aluminio, cobre, níquel, cobalto y otros materiales. Desechar todo eso es una maldad contra nuestra naturaleza”, añade.
El trabajo de hoy, según comenta el director del Centro, consiste además en usar estos materiales reciclados para incluirlos en la fabricación de estas baterías y, desde ahí en adelante, poder hacer alianzas con empresas que les interese estos productos de conocimiento y tecnología, para que los puedan incluir en sus procesos productivos.
Metas a largo plazo
Sobre qué se necesita para desarrollar una industria, Hernán Cáceres indica que hace falta capital humano avanzado en las diversas temáticas. Indica que hay una voluntad política, pero que se mezclan diversos intereses. Por ejemplo, la contingencia de los usos de recursos de los gobiernos regionales vino a chocar con las ilusiones de proyectos en algunas zonas del país.
“Ese tema va en contra de la intencionalidad regionalista. Todos quieren contribuir, pero creo que no nos hemos ordenado. Puede que haya una componente de protagonismo, pero hay que escuchar a los territorios. Sabemos que el sistema tiene un grado de centralismo grande. Pero, por ejemplo, en Antofagasta tenemos materiales para la industria del litio. Y además tenemos los materiales para la transición energética que necesita el país. Necesitamos un trabajo de difusión importante”, expresa.
Dentro de las metas de largo plazo, el decano de la UCN señala que se pueden ocupar las baterías de litio en la industria minera, ocuparla en casas y también poder exportarlas. Todas esas ideas pueden estar incluidas. Pero, aclara, que la Universidad no es una fábrica. “No es el giro de una universidad hacer la comercialización de las baterías a nivel masivo”, especifica.
“Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es tener alianzas con empresas, emprendedores o startups, que estén interesados en instalarse en nuestra región y comercializar este tipo de productos. Por ejemplo, hacer los pilotajes y ayudar al escalamiento. La idea es que ellos se preocupen de la producción final y sólo la construcción debería quedar dentro de la universidad”, agrega.
Por último, Hernán Cáceres señala que cuentan con alianzas estratégicas concretas con centros de investigación internacionales, como el Instituto Fraunhofer, de Alemania; el Instituto Tecnológico de Energía, de Valencia, España, y universidades en Finlandia y Estados Unidos, por mencionar algunos actores.
“Respecto a la generación de conocimiento y desarrollo tecnológico ya tenemos nuestros aliados. Ahora tenemos que aliarnos con empresas que quieren producir estos nuevos productos. Para eso, además, necesitamos un rol articulador del Estado, del sector público y también del privado. Debemos ayudar a la construcción de nuevas regulaciones que promuevan las nuevas tecnologías y la implementación de estas nuevas industrias”, enfatiza.