Doctora Romina Fornes investiga las consecuencias del síndrome de ovario poliquístico

El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una afección donde una mujer tiene niveles muy elevados de hormonas (andrógenos). Por esto, puede presentar problemas como: irregularidades menstruales, infertilidad, problemas de la piel, como acné y aumento de vello, quistes en los ovarios, obesidad y resistencia a la insulina. La doctora Romina Fornes detalla las consecuencias de esta enfermedad crónica.

La facultativa es matrona de la Universidad de Valparaíso y además tiene un magíster en Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile. Por otra parte, cursó un doctorado en Ciencias Médicas en el Instituto Karolinska, en Suecia. Actualmente, es investigadora de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián y tiene más de 15 años de experiencia trabajando en investigación biomédica, clínica y docencia.

En conversación con Gabriel León, del programa Rockstars, Romina Fornes se refiere principalmente a las razones y consecuencias del SOP, su principal motivo de investigación. Aunque cuando comenzó a estudiar, la sociedad abordaba de forma diversa y un poco pacata algunas temáticas.

“Antes no les dábamos tanto sentido a la sexología. Este cambio cultural significó un aprendizaje en términos de la anatomía, de cómo funciona, cómo se desarrolla. Qué es lo que pasa después de la pubertad, con el embarazo, por ejemplo. Bueno, mi tesis de obstetricia se enfocó en los pacientes con climaterio”, explica la doctora.

Romina Fornes indica que, en 2003, cuando terminó la universidad el estudio del SOP no estaba bien abordado. “La historia fisiológica y psicológica de la mujer me llevó a tratar de explorar esa área. Aunque, desde principios de la década del 2000, han pasado más de 20 años, de igual forma hay temas importantes y sensibles que no han sido tan rápidos de abordar”, señala.

Lento avance

La investigadora de la USS sostiene que, pese que a los cambios culturales van demasiado rápidos, nuestro país está al debe en algunas áreas. Por ejemplo, señala, hoy en día la sexología lo toma la psicología y las disfunciones del piso pélvico tienen que ver con los kinesiólogos. “Nosotros, como carrera, estamos tratando de abarcar estas áreas de interés. Queremos formar colegas que vean sexología, climaterio y otras áreas”, indica.

Por esas circunstancias de la vida, cuando Romina Fornes entró al magíster de Ciencias Biológicas comenzó a trabajar con la académica Margarita Vega. Allí, su mentora, como la llama, estaba estudiando el SOP. Gracias a ello, comenzó a trabajar en el Instituto de Investigación Materno-Infantil, que está en el Hospital San Borja, de Santiago, sobre este tema.

Señala que el SOP, lamentablemente en Chile, es poco informado. No hay estudios de cohortes tan grandes. No hay datos nacionales de calidad que se puedan interpretar. Pero a nivel mundial la prevalencia puede ir con números desde el 7% al 20%. “Para este diagnóstico no hay cura, pero los pacientes pueden tratarse para prevenir las enfermedades posteriores”, indica.

En ese tiempo, junto a su mentora, Romina Fornes comenzó a estudiar el endometrio de las mujeres que tenían SOP y, pese a no tener un criterio de diagnóstico, algunas pacientes tenían alta obesidad y estos acarrea problemas de infertilidad, llegando a números cercanos al 50%. “Esto se asocia a problema de implantación y de las células germinales. Pero el SOP también se asocia a la resistencia a la insulina. Trabajamos en ver el endometrio y saber cuál era la expresión de molécula de la vía de señalización de la insulina, la parte metabólica”, explica.

Por otra parte, la investigadora de la USS señala que se estudiaron los receptores esteroidales, para ver las hormonas en las células endometriales. El endometrio, indica, es un tejido que tiene cambios asociados al ciclo ovárico. Pero comenta que es difícil de analizar o estudiar ya que se necesitaría efectuar una biopsia en las pacientes.

Años en Suecia

Romina Fornes comenta que estuvo un tiempo viviendo en la ciudad de Chillán, trabajando para el programa Chile Crece Contigo y donde además realizó un curso de acupuntura china, que en su estadía en Suecia le sirvió mucho. La doctora efectuó un doctorado en el Instituto Karolinska donde justamente requerían a alguien que supiera de acupuntura.

“Fue una súper buena experiencia ya que además tienes muchos fondos que te permiten trabajar con tranquilidad. Por lo mismo, la gente no se preocupa de competir, sino que de colaborar. Uno tenía relación directa con los otros grupos de investigadores y las ideas burbujeaban. En Chile uno habla poco de sus proyectos porque los fondos son escasos”, indica.

La doctora señala que en Suecia todo está registrado, a diferencia de lo que pasa en Chile. Por ejemplo, desde 1964 tienen registros de los embarazos y desde 2005 del embarazo y parto de las mujeres. “Analizamos los casos de mujeres que tenían problemas para quedar embarazadas, pero también a las mujeres embarazadas ya que hay un hiperandrogenismo, problemas de alteración del metabolismo en los hidratos de carbono”, comenta.

La investigadora indica que en Chile hay varias cosas que se deben mejorar, partiendo por la difusión. “Esa comunicación permite crear conciencia en la comunidad, ya que necesitamos que todos los actores contribuyan para tener mejores oportunidades. Necesitamos hacer estudios sobre 2000 pacientes, para así ver cuánta población aproximadamente está afectada”, indica.

Finalmente, Romina Fornes señala que hoy está trabajando en el hecho que la mujer con síndrome de ovario poliquístico tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas y que los hijos de estas están en peligro de tener enfermedades relacionadas con el espectro autista o déficit atencional. “Hay que desarrollar estrategias, como poner en algunas guías clínicas el SOP, para así tomas ciertas acciones desde que el niño nace. Si no pudimos hacer algo con la madre, hagamos algo con los niños”, enfatiza.