Patrick Mork, exejecutivo de Google y coach para CEO: “El coaching es imprescindible”

La satisfacción personal y laboral de los trabajadores es un tema fundamental para el éxito de las empresas. Por ejemplo, la Asociación Chilena Seguridad realizó un estudio para determinar los niveles de percepción de felicidad de los colaboradores en Chile. Los números indicaron que un 53% se considera feliz o muy feliz en el trabajo, mientras que un 24% declaró sentirse infeliz o muy infeliz. Patrick Mork, coach para CEO de startups, analiza estos números y califica al empresario nacional.

El profesional además es orador motivacional y autor del libro Retrocede para Saltar, donde combina relatos de vida crudos y brutalmente honestos, con ejercicios prácticos diseñados para ayudar a las personas, a realizar cambios profundos en sus vidas. Como coach ejecutivo, fue fundador y CEO de LEAP y ha trabajado con los CEO y líderes senior de toda América Latina para mejorar su liderazgo y construir culturas empresariales con significado y propósito.

También, Mork lideró el equipo de marketing de Google que creó y lanzó Google Play. Originalmente belga, ha vivido en 11 países, entre ellos Chile. “Trabajé muchos años en startups, después en Google y en el mundo de la tecnología. Tras eso, me convertí en coach. Y me metí al mundo de los negocios pero desde otra perspectiva”, comenta a el Club de la Felicidad.

Sostiene que el coaching es absolutamente fundamental para las personas, y que todos pueden invertir en sí mismos. Señala que las personas más exitosas del mundo tienen coach, como por ejemplo, el basquetbolista Stephen Curry, los tenistas Rafael Nadal o Roger Federer, y la cantante del momento, Taylor Swift. “Pero si miras el mundo empresarial, la mayoría de las personas no tienen coach. Es insólito, ya que el coaching es imprescindible”, indica.

Señala eso sí que las realidades, en todo sentido, de América Latina y Estados Unidos son totalmente distintas. “Los estadounidenses tienen una cultura o una forma de ser donde siempre están intentando ser mejor. Por ejemplo, el empresario americano invierte en su gente aproximadamente 1000 dólares al año en capacitación, mientras que el sudamericano invierte en lo mismo sólo 2 dólares con 50. El chileno ha demostrado trabajar más horas que el americano, pero es menos eficiente”, explica.

Desafíos empresariales

Patrick Mork dice que no es parte de nuestra cultura tener coaching y tener mucha capacitación, ya que nuestros líderes no tienen la experiencia y no entienden el beneficio de aquello. “El empresario chileno está muy enfocado en los números, y en la operación y rentabilidad del negocio. Pero es más cauto y no toma riesgos desmesurados. Le cuesta mucho salir de Chile y expandirse en otros mercados”, cuestiona.

El coach trabajó cerca de cinco años en Chile y menciona casos exitosos como Talana, Betterfly y Xepelin, que también están en muchos países de Latinoamerica y en Estados Unidos. En Chile, agrega, hay mucha aversión al riesgo y las empresas están muy orientadas a lo financiero. “El problema que tenemos en América Latina y en Chile también es que no sabemos cuánto ni cómo invertir en las personas ya que es más difícil de medir. Si invierto en mis líderes, ese retorno me cuesta mucho más medirlo”, señala.

Finalmente, Patrick Mork señala que el desafío del empresario chileno es un tema más psicológico. “Cuando trabajé en Chile había una creencia limitante y constante que decía que el chileno se menosprecia. Cuando se compara con el americano, automáticamente mira para abajo. Tenemos que trabajar como cultura para creernos más el cuento”, enfatiza.