José Luis Iriarte explica la formación de los fiordos y analiza el presente de los océanos

Para contextualizar esta nota, es fundamental saber que los fiordos son valles profundos provocados por el deshielo glaciar y ocupados por aguas gélidas. Principalmente, se encuentran en las altas latitudes de los dos hemisferios de la Tierra. Por su parte, los fiordos chilenos ocupan un tramo litoral de unos 1.500 kilómetros. José Luis Iriarte, científico del Centro IDEAL, trabaja en una investigación de estos valles para la World Ocean Assessment (WOA).

Respecto al interés científico, los fiordos tienen mayor capacidad para almacenar CO₂ que la que poseen los mares comunes. Este gas puede pasar millones de años atrapado en sus aguas en vez de ser liberado a la atmósfera. Por ejemplo, en la Patagonia chilena, en una zona conocida como Ecorregión Marina Chiloense, se encuentra una extensa área de fiordos que albergan ecosistemas únicos en el mundo.

La WOA está realizando un estudio de evaluación mundial de los océanos donde, por primera vez, analiza el presente de los fiordos. José Luis Iriarte es parte de esa investigación que, en noviembre, ya debe tener un borrador avanzado. “Cada dos años, un grupo de expertos evalúa el estado actual de los distintos ecosistemas y en este caso del fondo marino, en relación al escenario del cambio climático y las modificaciones que se están produciendo en distintos hábitats”, explica el científico chileno a Rockstars.

El investigador comenta que esta es la tercera evaluación de los ecosistemas y que justamente este año se introdujo un capítulo de los sistemas de fiordos. Junto a un colega de la Universidad de Concepción, el doctor Renato Quiñones, fueron invitados a participar en este capítulo para estudiar los fiordos a escala global. “Lo interesante es que nosotros vamos a liderar este capítulo y vamos a coordinar este proceso que debería estar listo a fines del año 2025”, comenta.

Características de los fiordos

José Luis Iriarte indica que los océanos están en un momento de cambio donde se desconoce los resultados finales, donde ya se han visto algunos ambientes afectados como, por ejemplo, los lugares tropicales y los corales. Todo esto, debido al aumento de temperatura y las consecuencias que tienen con la acidificación.

Por otro lado, añade, en los polos, la Antártica y el Ártico, el aumento de grados provoca derretimiento y adelgazamiento del casquete, es decir, de la cobertura de hielo. “Es muy poco lo que conocemos de los ecosistemas marinos, siendo que el 70% del planeta es agua, es océano. Generalmente, nosotros, como ciudadanos, nos paramos frente a la playa y miramos el mar. Pero lo miramos superficialmente. No vemos toda la diversidad de organismos, ni los procesos físicos o químicos que ocurren”, indica el investigador.

Sobre los fiordos, Iriarte señala que son hábitats donde han ocurrido cambios geomorfológicos, producto del retroceso de glaciares, donde se van internando hacia el sistema terrestre. El primer fiordo de Chile es el de Reloncaví, en Puerto Montt, que tiene aproximadamente 60 kilómetros de largo. “En general, los fiordos del hemisferio norte se caracterizan por tener una especie de barrera, pero los nuestros son abiertos. Por lo tanto, tienen un mayor intercambio de agua con el océano”, explica.

En general, agrega el investigador, los fiordos aparecen más cerca de los polos, por lo tanto, los países que más tiene son Chile, Nueva Zelanda, Noruega, Canadá, Estados Unidos (Alaska) y Rusia. “Hay poca información al respecto, por lo mismo no se le ha dado la importancia ni se ha presionado a las distintas instancias. Y en esta oportunidad, a través de los colegas, nace una invitación de parte de las Naciones Unidas para introducir este hábitat en el nuevo reporte”, explica.

Finalmente, José Luis Iriarte dice que la investigación que dirige busca analizar el proceso de formación del fiordo y ver cómo interactúa con la criósfera, es decir, las masas de hielo. “Ver el derretimiento de los glaciares y su efecto sobre los fiordos en el sistema marino cercano. Necesitamos ver cómo afecta la entrada de agua dulce a la química, física y biología de los mares”, sentencia.